Cuando ames, ama de todo corazón y nunca tengas miedo de mostrar tu amor. Que tu amor sea como un libro abierto, legible para todas las almas. Es lo más maravilloso del mundo, por eso deja que el amor divino fluya en ti libremente. El amor no es ciego, pero ve lo mejor en el amado y de ese modo hace que salga lo mejor.
Nunca escojas o selecciones a quienes vas a amar. Simplemente mantén abierto tu corazón y que el amor fluya a todas las almas por igual. Hacer eso es amar con Mi amor divino. El amor nunca debe abrirse y cerrarse como un grifo. El amor nunca es posesivo, jamás es exclusivo ni excluyente. Cuanto más deseas compartirlo, más crece. Aférrate a él y lo perderás. Suéltalo y volverá a ti multiplicado y se convertirá en un gozo y en una bendición para todos aquellos que lo comparten.