La decisión de la entonces presidenta Cristina Kirchner de impulsar una negociación con la República Islámica de Irán a propósito de una causa judicial que se arrastra desde 1994 en tribunales argentinos sobre el atentado a la AMIA, está de vuelta en la atención de medios y politizados y, tal vez, de algunas cancillerías.
El motivo, o más bien el pretexto, es el reciente fallo del Tribunal Oral Federal 8 que determinó que no existió delito en el Memorándum de Entendimiento Argentina-Irán. Pretexto, porque muy pocos analizaron, o leyeron, ese fallo de más de 300 páginas. Simplemente, sirvió para otro episodio de "Odiemos a Cristina y todas sus obras", una herramienta útil para sectores políticos y de poder económico opositores y, se ve, para descargar neurosis profundas en muchos opinadores (señalo esto último porque en bastantes casos se percibe un odio irracional que no parece surgir, solamente, de...