Cuando nació mi bebé, compré apiretal, por si acaso. Es de esas cosas que creo que nunca viene mal tener. en casa pero enseguida me di cuenta que una cosa era tenerlo y otra usarlo.
Por desgracia, he tenido (y tengo) múltiples achaques y aunque no me considero una persona empastillada, la verdad es que no tengo problema en tomarme la medicación que sea. Vaya ganas de estar mal, pudiendo estar mejor. Y padeciendo los episodios de migrañas que suelo padecer, tengo muchas rachas que diariamente me tomo tres o cuatro pastillas de 1gr de parecetamol sin pestañear. Lo mismo con los medicamentos del asma, de la alergia, etc.
A lo que iba. Que para darle a mi hijo apiretal me corto mucho. No sé si fue en la revisión de los dos meses o en la de los tres en la que la pediatra me dijo que si le veía molesto con la boca (empezó con síntomas muy temprano) podía darle tranquilamente una dosis. Lo mismo cuando hemos ido a las vacunas.
Pero a mi siempre me asalta la misma cuestión: ¿cuándo darle paracetamol si no tiene fiebre?. Si tiene fiebre es obvio pero es que mi bebé, afortunadamente, no ha tenido nunca fiebre. Si sólo se le ve molesto... ¿cómo saber si le duele algo?.
A mi me produce una enorme frustración no poder comunicarme con mi hijo. Porque aunque como le conozco yo no le conoce nadie y la mayoría de las veces acierto, en muchos momentos no tengo ni idea de por qué se muestra irritable, por qué llora, por qué no acaba de encontrarse a gusto. En esas ocasiones tardo horas en decidirme a darle paracetamol... o finalmente desisto y no se lo doy porque no estoy segura.
Hablando ayer con mi madre le decía que no sé si es contraproducente o no tener tanto cuidado. ¿Qué pasa si el niño se encuentra mal, tiene malestar general, le duele algo y yo no le doy nada?. ¿No es eso también malo? ¿Me gustaría a mi encontrarme mal y que no me dieran nada para el dolor porque no soy capaz de comunicarme?.
¿Qué os parece?.
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