Revista Insólito

Cuando el asesino pasa a la historia

Publicado el 08 diciembre 2015 por Redespress60

Figuras sombrías que han trascendido la fama de sus víctimas y han alcanzado un puesto en el olimpo de los criminales de la Historia. Ahí están desde el bíblico Caín, primer ser humano nacido fuera del Paraíso, que mató a su hermano, Abel, o Bruto, el asesino de uno de los políticos y estrategas más famosos de todos los tiempos, el romano Julio César. Y así hasta llegar a uno que un 8 de diciembre de 1980, hace hoy exactamente 35 años, acabó con la vida de uno de los hombres más queridos y populares del mundo. El vergudo se llamaba Mark David Chapman. Su víctima, John Lennon…

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Por Thais Morales

Y es precisamente el aniversario de la muerte del exbeatle lo que nos sirve de excusa para dar un repaso a algunos de los homicidas que, por su obsesión, sus ansias de llegar a la fama por el camino más corto y sangriento, sus complejos, las adicciones, las voces que escuchaban o su locura, acabaron en el lado oscuro y conquistaron la eternidad en las secciones de sucesos de la prensa mundial tras asesinar a alguna estrella mediática.

Mark David Chapman : el hombre que disparó a John Lennon

Empezamos por este tejano, nacido el 10 de mayo de 1955 en Forth Worth (Texas), que escuchaba voces, coqueteó con las drogas, se convirtió en un cristiano renacido, intentó suicidarse en 1977, se casó con una japonesa en 1979 y firmaba sus cartas como ‘Él guardian entre el centeno’ a la vez que se obsesionaba con John Lennon. Él es el responsable de que millones de personas quedaran conmocionadas el 9 de diciembre de 1980 cuando se enteraron de la muerte de John Lennon, icono de la paz para toda una generación, ex-Beatle y autor del himno pacifista jamás superado, Imagine. Chapman le pegó cinco tiros la noche del 8 de diciembre, después de haber pronunciado su nombre a la entrada del edificio Dakota, de Manhattan.

El cantante regresaba a su casa con su esposa, Yoko Ono –especie de viuda eterna desde aquel día–, del estudio de grabación de Record Plant. Eran las 10:49 de la noche cuando una limusina los dejó delante de la entrada del edificio, donde Chapman se había pasado el día charlando con el portero y otros fans. “¡Señor Lennon!”, dijo Mark al verlo aquella noche. Y, antes de que el cantante se diera la vuelta, le descerrajó cinco tiros que acabaron su vida. A continuación, cogió el ejemplar de ‘El guardián del centeno’ que había comprado aquella misma mañana, y empezó a leerlo.

Tras ser detenido dijo: “Estoy seguro que la mayor parte de mí es Holden Caufield (protagonista del libro de J.D. Salinger). El resto debe ser el diablo“. Chapman fue condenado a cadena perpetua. Primero, estuvo en la cárcel de máxima seguridad Attica State Prison, pero, desde el 2012, está en el correccional Wende de Alden, en el estado de Nueva York. Ha intentado obtener la libertad condicional en ocho ocasiones, la última el año pasado, y, en el 2016, volverá a pedir la revisión de su condena.

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Andrew Cunanan : el hombre que disparó a Gianni Versace

El asesino del diseñador Gianni Versace nació en National City, California, en 1969. Antes de acabar con la vida del creador italiano en Miami, el 15 de julio de 1997, Cunanan había dejado una estela de violencia, tiros y muerte, con un balance de cuatro homicidios: Jeffrey Trail, un exoficial del ejército de EEUU; el arquitecto David Madson, el agente inmobiliario Lee Miglin, y el vigilante del Cementerio Nacional de Finn´s Point William Reese. Un mes antes de acabar con Versace, el 12 de junio de 1997, Andrew ya estaba entre los diez fugitivos más buscados por el FBI.

La mañana del 15 de julio de 1997, Gianni había salido a desayunar al New’s Café, cerca de su casa en el 1116 de Ocean Drive, y, al regresar, cuando estaba abriendo la verja que daba acceso a su hogar, Cunanan le puso una pistola en la nuca y le disparó dos tiros. La avenida más emblemática de Miami se tiñó de sangre mientras el asesino huía del lugar del crimen y el mundo de la moda perdía a uno de sus creadores más admirados (Versace fue llorado por Liz Taylor, la princesa Diana, Elton John, Maurice Béjard, Naomi Campbell…). Ocho días después, para evitar que la policía lo detuviera, Andrew Cunanan se sucidó. Pero ya había pasado a la historia del crimen como el verdugo de Versace.

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Susan Atkins : la mujer que apuñaló a Sharon Tate

Es posible que el nombre de Atkins no le suene mucho. Pero el de Charles Manson está grabado a fuego todavía en la conciencia de varias generaciones. Ella era una de las mujeres que, siguiendo órdenes del criminal, acabó con la vida de la entonces esposa de Roman Polanski.

Todo ocurrió el 9 de agosto de 1969. Sharon, casada con el director de El baile de los vampiros, había salido a cenar con unos amigos, su exnovio, Jay Sebring; la heredera Abigail Folger, el actor polaco Voytek Frykowski y Steven Parent. Después, fueron todos a su residencia, donde llegaron alrededor de las 22.30. No sabían que la casa de Cielo Drive iba a convertirse en un infierno. Aquella noche, un grupo formado por cuatro fanáticos de Charles Manson –Charles Watson, Patricia Krenwinkel, Susan Atkins y Linda Kasabian– entró en la casa para cometer uno de los crímenes más atroces que se recuerdan en Los Ángeles. Susan asestó 16 puñaladas a Sharon Tate. La misma suerte corrieron los otros invitados. La actriz estaba en su octavo mes de embarazo y su marido (se casaron en 1968) se encontraba en Londres, donde había acabado de rodar La semilla del diablo.

Charles Manson, el cerebro del crimen, sigue encarcelado, y Susan Atkins, la mujer que apuñaló a la actriz, murió en el 2009 en prisión.

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John Thomas Sweeney : el hombre que mató a Dominique Dunne

Cuando Dominique Dunne, una de las protagonistas de Poltergeist (la hermana mayor de la familia protagonista), conoció al chef John Sweeney nunca imaginó que las mismas manos que preparaban platos exquisitos serían las que acabarían con su vida. La joven, hija de Dominick Dunne, colaborador estrella de Vanity Fair y sobrina de los escritores John Gregory Dunne y Joan Didion, siempre había querido ser actriz. Y justo cuando su carrera empezaba a despegar, gracias a su papel de Dana en el famoso film de terror familiar, John Thomas Sweeney se cruzó en su camino.

Lo conoció en una fiesta en 1981. Él, un joven acomplejado por sus orígenes humildes, trabajaba como chef en el restaurante de moda de aquella época, Ma Maison. Pronto se fueron a vivir juntos y Sweeney empezó a mostrar síntomas de ser un hombre desequilibrado y posesivo, que detestaba el éxito de su novia. Los malos tratos fueron habituales y, tras varios episodios de violencia doméstica, Dominique rompió la relación. No fue suficiente: John la acosaba, la perseguía y convirtió su vida en una pesadilla hasta que el 30 de octubre de 1982 la fue a ver a su casa para convencerla de que se reconciliaran. Ante la negativa de su exnovia, perdió los nervios y la estranguló. Cuando la policía llegó, Dominique había entrado en coma. La joven murió cinco días después cuando los médicos declararon su muerte cerebral y sus padres decidieron desconectarla de las máquinas que la mantenían con vida.

Durante el polémico juicio, sobre el que el propio padre de Dunne escribió en un emotico e histórico artículo para Vanity Fair  el juez no permitió que declarara la exnovia de Sweeney, que había sufrido malos tratos. El 21 de septiembre de 1983, Sweeney fue declarado culpable de homicidio voluntario y condenado a seis años y medio de cárcel. Sin embargo, fue puesto en libertad el 21 de junio de 1986.

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Lionel R. Williams: el hombre que acabó con Sal Mineo

Este repartidor de pizzas fue condenado a 57 años de cárcel por el asesinato, el 12 de febrero de 1976, de Sal Mineo, actor eternamente vinculado a James Dean por su papel en Rebelde sin causa. Se trata de uno de los episodios más absurdos de la historia negra de Hollywood, ya que Mineo, que participó en producciones como Gigante y Éxodo, no tenía ninguna relación con Lionel, aunque al principio se barajó la hipótesis de crimen pasional para explicar aquella muerte.

Mineo, cuya carrera estaba centrada entonces en el teatro, regresaba de un ensayo cuando el repartidor, que tenía un amplio historial delictivo, le atacó sin ni siquiera reconocerlo. En la década de los 90, Williams fue puesto en libertad condicional, pero fue arrestado poco después, por haber cometido nuevos delitos.


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