El verano ya está aquí. Sí, sí, oficialmente llegó el 21 de junio, como a cualquier otro lugar, pero en Reino Unido vamos más tarde y parece que ha sido esta semana pasada cuando se ha empezado a dejar notar, por lo menos en el sureste del país.
Como casi cualquier otro lugar, Londres y la mayoría de las grandes ciudades de UK se ven mucho más bonitas bajo los rayos de sol. Ese gris deprimente de los edificios desparece para dejar paso a un brillante color crema, casi dorado, que cambia por completo la percepción del entorno, dejándote boquiabierto la primera vez que lo ves.
Todo se llena de vida. No importa lo superabarrotadas que estas ciudades, especialmente Londres, siempre estén, cuando hace calor y el sol brilla, aparece gente de debajo de las piedras y todo el mundo tiene ganas de hacer cosas – los parques se llenan de personas tomando el sol y haciendo picnics (de hecho, cualquier espacio parcialmente verde con un trozo de césped se llena de gente en la misma situación), las chicas se ponen sus shorts que tanto tiempo llevaban esperando y los acompañan con bandas de flores en el pelo, y las tardes se destinan a gastarse las libras en cervezas de estas que están tan de moda y que son hechas por hípsters y servidas en bares con terraza, generalmente rooftop terrace bars. Todo el mundo parece feliz.
Todo el mundo, menos yo. Todos los que me conocen saben que soy carne de invierno – me encanta el sol, no me malinterpretéis, y como decía al inicio del post, me encanta ver Londres bajo los rayos de sol, pero soy archienemiga del calor. Recuerdo todas esas noches de verano en Barcelona sin apenas poder dormir por el calor y me dan escalofríos. Cuando me mudé a Londres pensé que diría adiós para siempre a esa pesadilla, ya que todo el mundo me decía que “en Londres siempre está lloviendo” (mentira) y que “el verano en Londres no existe” (mentira también). Sí, es cierto que el verano dura bastante menos de lo que dura en España, y que puedes estar a 28 grados un día, y a 14 dos días después, pero en Londres, y en el resto de UK (en el norte un pelín menos) sí existe el verano. Y cuando el calor aprieta, como esta semana, no os imagináis lo que fastidia.
Cada vez que en Londres pasamos de los 27 grados los ingleses se vuelven locos. Es como una revolución. Debe ser que les encanta sudar y pasar calor… ¿Sabíais que en el metro de Londres se alcanzan 8 grados más de temperatura comparado con la que hay en el exterior? Esto quiere decir que en esos horribles días de nuestros ya 5 veranos en UK que hemos pasado de los 30 grados, hemos estado a más de 38 en un metro sin aire acondicionado (a no ser que cojas la Circle line) y en hora punta, bien cargadito de gente… No es raro ver a más de una desmayándose o al personal de TfL repartiendo botellas de agua en esos días. Nice, huh?
Y si logras soportar tu commuting infernal, cuando llegas al trabajo estás para meterte en la ducha otra vez y agotado. Y ojo, aun suerte si eres de los afortunados que en sus lugares de trabajo tienen aire acondicionado – en mi anterior oficina no tenía y me pasé laaaargos días durante los dos veranos que pasé allí con un miniventilador enchufado a la cara durante 8 horas.
Pero todo eso no es lo peor. Para mí lo peor es escuchar tropecientas veces en esos días horrorosos de calor a alguien diciendo “What a lovely weather!” o preguntándome que cómo puedo quejarme del calor yo, siendo española, a lo que yo siempre respondo – síííí, soy española y síííí en mi país hace más calor pero allí estamos preparados para esto: tenemos aire acondicionado en todos lados y ni el tato se arriesga a tener un soponcio por ponerse a tomar el sol mientras se come su bocata, o lo que sea que lleve para comer, a las 2 de la tarde bajo la chicharrina del sol en un trozo de césped que más bien parece un pipi-can – ¿‘tamos locos o qué?
En fin, que ahora que empezamos julio lo que tenemos son buenas noticias para aquellos que venís de vacaciones o que os gusta poneros en bañador en Hyde Park, pero malas noticias para los que sois como yo, pues la predicción del tiempo para este verano apunta a un inicio de mes donde esta semana alcanzaremos los veintitantos en el norte del país y los –oh, no- treinta y tantos en el sur. What a lovely weather!
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