Revista Empresa

Cuando el capitán se va, el barco va a la deriva

Por Juanmartinezsalinas76

En muchas ocasiones, cuando un jefe de equipo promociona, es trasladado a otro departamento dentro de la compañía o incluso, decideCUANDO EL CAPITÁN SE VA, EL BARCO VA A LA DERIVA abandonar la organización, ¿en qué situación quedan las personas de ese equipo que abandona? Suele ocurrir que quedan en una situación indefensa en plan “sálvese el que pueda”.

No es justo que cuando se va un responsable y llega otro, le toque demostrar a ese equipo de personas que ya llevan tiempo en la organización su valía y poner el contador de posibilidades en esa empresa a cero. En realidad, es el nuevo responsable el que tenga que hacerse una idea propia. Como responsable, debe tener las destrezas para poder revisar las evaluaciones del desempeño, logros alcanzados, aspiraciones, competencias de cada miembro de su equipo y dedicar un rato para hablar con todos y cada uno de ellos. Curiosamente, muchas compañías no contemplan la posibilidad de que la plaza vacante la pueda ocupar otra persona de ese equipo u organización, porque desconocen el verdadero talento de sus personas y se piensan que lo bueno esta fuera. Y esto no siempre es así. Muchos jefes tienen tapados los logros de sus equipos de trabajo porque temen que les puedan hacer sombra y son ellos los que se ponen todas las medallas.

Por ello, creo que los departamentos de personal deberían hacer un seguimiento real de las personas de la organización para tener una lectura rápida en cada momento del talento que posee cada trabajador, hasta donde quiere y se estima que pueda llegar.

La mejor situación se da, o se debería dar, cuando el responsable cambia de posición dentro de la misma empresa. La transición se debería hacer poniendo al día de la situación de cada miembro del equipo para que conozca las diferentes cualidades de cada uno, que genere una base sobre la que empezar a trabajar. Esto ocurre pocas veces y, en más de una ocasión, cuando el cambio se produce en la mitad de período de una evaluación del desempeño que conlleva, en función de los resultados y objetivos alcanzados, una suma de dinero variable que suele ser inferior a la realidad porque la hace el nuevo directivo.

Un jefe de equipo difiere de otros. Y sus subordinados se tendrán que amoldar y adaptar a su nuevo responsable, sin embargo, éste también debe hacerlo con ellos y fiarse de su criterio porque conocen la organización y el funcionamiento del equipo.

Puede darse la situación de que el responsable salga de la empresa de malos modos porque se estima que su gestión es negativa y su equipo se queda en una situación delicada. Las cúpulas directivas, en más de una ocasión, ya tienen la impresión categórica de que su equipo es igual de incompetente que el jefe que se fue. Y no se dan cuenta que ese equipo cumplía sus ordenes y funcionaba según sus orientaciones y eso puede conllevar que, en más de una ocasión, no estuviesen de acuerdo con las indicaciones que marcaba.

Las empresas deben analizar en detalle a los miembros de esos equipos de trabajo y tratarlos de forma adecuada y justa, reconociendo sus logros y lo que son capaces de hacer y apartarse de una opinión subjetiva de un tercero.

Nos sorprende cuando en más de una ocasión, los miembros de un equipo muy válido, salen todos “en tropel” a la mínima oportunidad porque lo necesitan para respirar y volver a sentirse valorados y útiles.

Por ello, las compañías deben de planificar muy bien la sustitución de los responsables de equipo y, antes de optar por seleccionar alguien de fuera, intentar por todos los medios la promoción interna. Se debe cuidar y valorar antes a lo que ya tenemos dentro que a lo que esta fuera. Suele pasar que uno no valora lo que ya tiene o posee hasta que se va.

¿Qué os parece esto?


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