Revista Empresa

Cuando el negocio propio sustituye un empleo

Publicado el 12 julio 2010 por Juan Carlos Valda @grandespymes

Cuando el negocio propio sustituye un empleoDejar un ingreso fijo y el reconocimiento social para aventurarse por una empresa es un reto que viven los ejecutivos. David Wigoda Rinzler lo tenía en su puesto: poder, reconocimiento social, un equipo excelente de trabajo y un ingreso que muchos ejecutivos envidiarían.

Pero un día decidió renunciar a tantos privilegios y montar su propio negocio. Wigoda, que asumió la presidencia de una compañía en 1994 cuando apenas contaba con 26 años de edad, tiene una explicación para justificar el retiro: el sueño de ser empresario. Su paso no se dio, sin embargo, sin meditación previa, porque la idea la maduró, la consultó y midió sus consecuencias.

“No me arrepiento –dice- porque aproveché la experiencia, el crecimiento personal y profesional que me dio mi empleo para constituir y liderar a Factor FG Group, una compañía especializada en factoring (cobro de cartera), que ya tiene sucursales en Miami”.

De modo, que la edad no es un obstáculo para optar por abandonar un empleo y crear un negocio propio.

Pero es una decisión que debe contar no solo con el pleno convencimiento de las bondades del retiro sino con un estudio previo de factibilidad del nuevo reto, una organización a toda prueba y una clara visión de futuro, señala la estratega Sara Ordóñez, quien admite que contrario a lo sucedido con Wigoda muchos se han quedado en el intento.

Tener un puesto importante y dejarlo para crear su propia organización o asociarse hace parte también del proyecto de vida, afirma Juan Carlos Linares, gerente de DBM, compañía especializada en desarrollo organizacional.

Y eso es tan válido como respetable. Hay quienes desde la universidad se fijan metas precisas. A los 35, 40 ó 50 años quieren independizarse, así las empresas donde estén sean exitosas y los salarios tengan un atractivo suficiente como para pensar la decisión.

O puede suceder también que ya se llegó a un límite donde no hay para dónde escalar, las opciones de crecimiento profesional son limitadas, no se puede influir o participar en la toma de decisiones. “Lo que sí es claro es que no se puede crear un negocio por descarte, porque los riesgos de llegar al fracaso hacen parte de un generoso menú de posibilidades”, asegura Paula Otero, experta en administración de talento humano.

Hay quienes esperan a la vejez para pensar en el retiro y crear su propio negocio. Es una actitud respetable, asegura, la sicóloga Diana Marcela Cardozo, pero tampoco debe ser una camisa de fuerza. Lo era antes cuando sobre la pensión recaía la responsabilidad para vivir en los últimos años y quizás dejarla como herencia a la esposa y los hijos.

Tenga en cuenta su plan para el futuro

Todo, como lo afirma el gerente de DBM, depende del proyecto de vida. Hay quienes piensan que tener un ingreso fijo asegurado es la mejor garantía y que salir a aventurar en un mundo tan competido y competitivo es hasta una irresponsabilidad. No temer a los retos hace parte de los ejecutivos de éxito, pero es importante recordar que el éxito no está a la vuelta de la esquina.

Se necesita disciplina, compromiso, esfuerzo, persistencia y flexibilidad al cambio, factores que conjugados con una buena dosis de visión pueden resultar cómplices de quienes desean ser sus propios jefes y trabajar para ellos.

Y eso fue lo que le sucedió a Manuel Alejandro Chaparro, un ingeniero civil, quien después de haber sido gerente de proyectos de una empresa de petróleos, decidió abandonarlo todo para montar un negocio de frutos amazónicos y comercializarlos en el exterior.

“Cuando opté por el cambio me trataron de loco, me pedían resultados inmediatos y me pronosticaban una quiebra segura”, afirma. Y agrega que uno de los problemas de los ejecutivos es que en muchas ocasiones no tienen visión de largo plazo, se desaniman en el primer tropiezo y se dejan arrastrar por las frustraciones.

“Si yo no hubiera hecho caso omiso a los consejos de amigos y familiares para seguir en lo que andaba, a lo mejor estaría trabajando para otros y mi sueño de ser empresario estaría reservado eternamente a ideas y en proyectos”, explica.

Para los especialistas en la administración del talento humano, vicepresidentes de recursos humanos y directivos de empresas de emprendimiento, no hay edad, ni momentos estandarizados para tomar decisiones que van desde el cambio de trabajo hasta dejar un buen ingreso por la aventura del negocio propio.

Hay que hacer una abstracción para tratar de conseguir el equilibrio entre las aspiraciones personales, profesionales, sociales y familiares, de acuerdo con el orden de prioridades de cada uno.

Por supuesto, las recomendaciones de quienes se dedican a la orientación profesional son necesarias: periódicamente es conveniente parar, reflexionar y calibrar si en nuestra empresa actual y en el puesto que tenemos vamos avanzando hacia nuestros objetivos o a las circunstancias nos van llevando en una dirección equivocada. Después de este examen riguroso y concienzudo, usted tiene la palabra.

Fuente http://latinpymes.com/site/2010/06/cuando-el-negocio-propio-sustituye-un-empleo/

 


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