Cuando el perfeccionismo te frena

Por Avanzarenpositivo @AvanzarPositivo

En los últimos días he estado haciendo una serie de sesiones de coaching en las que me he encontrado con personas maravillosas, llenas de ideas, de recursos, de pasión… pero totalmente frenadas por su perfeccionismo. El perfeccionismo es una de las causas que más nos bloquea a la hora de actuar y llevar a cabo nuestras metas.

Fijarse en los detalles y cuidarlos, no es malo, todo lo contrario, el problema es irse al extremo, hasta tal punto, donde el no llegar a conseguir el nivel de detalles que tu quieres hace que tu idea, tu proyecto o lo que quieras hacer se frene porque no consideras que sea aceptable si no cumple esos detalles.  En ese punto, es cuando el perfeccionismo se convierte en un problema.

Qué es el perfeccionismo

Si buscamos la definición de qué significa perfeccionismo, nos encontramos lo siguiente:

“Actitud de la persona que tiende a buscar la perfección en lo que hace, mejorándolo indefinidamente sin decidirse a considerarlo nunca acabado.”

Wikipedia nos indica lo siguiente sobre el perfeccionismo:

“En psicología, el perfeccionismo consiste en creencia de que se puede y se debe alcanzar la perfección. En su modalidad patológica es convicción de que cualquier cosa por debajo de un ideal de perfección es inaceptable.”

Ante esto, vemos claramente como la definición nos habla de frenos. Nos dice que las personas que llevan el perfeccionismo hasta extremos no consideran nunca lo que hacen como algo acabado, pues consideran que aún pueden mejorarlo. El nivel de perfección no es considerado aceptable por que no es perfecto.

Pero… ¿qué es algo perfecto?

Encontramos dos definiciones:

  1. Que tiene todas las cualidades requeridas o deseables.
  2. Que es muy adecuado para un determinado fin.

Cómo ves, la definición de perfecto, no casa al 100% con la de perfeccionismo. Algo puede ser muy adecuado para un determinado fin, e incluso puede tener las cualidades requeridas, pero ¿qué pasa si aún así no lo consideras nunca acabado por no cumplir absolutamente todos los detalles que desearías? Lo que sucede entonces es que te estás frenando a ti mismo.

Cómo te afecta el perfeccionismo llevado a extremos

Si eres una persona extremadamente perfeccionista, es posible que hayas dejado muchas cosas a medias sin terminar por no considerarlas lo suficientemente buenas para que vieran la luz. ¿Me equivoco?

Si algo no es suficiente bueno para ti, no debería ser un inconveniente que no lo hagas. Al fin y al cabo, si tu no estás convencido al 100% de tu propia idea, es posible que aunque lo hicieras, no tuviera éxito por tu falta de convencimiento.

Pero, ¿qué pasa cuando tu perfeccionismo te frena en áreas clave de tu vida? Con esto me estoy refiriendo a temas como emprender tu propio proyecto empresarial para generar tus propios ingresos, lanzar tu idea, tu libro o cambiar de empresa.

¿Qué pasa cuando el perfeccionismo te frena en cosas que realmente son importantes para ti? Lo que suele pasar es que te “atacas” a ti mismo y te culpas por no ser capaz de conseguir algo perfecto que puedas considerar lo suficientemente bueno. Si sólo te pasa una vez, no es un problema grave, pero si te sucede con frecuencia, le acabará pasando factura a tu autoestima.

5 trucos para romper la barrera del perfeccionismo

Existen algunos trucos para romper la barrera del perfeccionismo, pero la base pasa por hacer un cambio en tu manera de enfocar las cosas. Te dejo algunos puntos que pueden ayudarte.

  1. Aceptar la imperfección: el ser humano es imperfecto por naturaleza, la vida es imperfecta y todo lo que nos rodea es imperfecto. La naturaleza también es imperfecta. Acepta que la perfección llevada a extremos, simplemente no existe. ¿Conoces a alguien que sea perfecto siempre en todo? ¿Hay algo que sea perfecto sin ningún defecto o que no tenga nada que pueda mejorarse? Siempre saldrá una versión mejorada de las cosas que existen en este momento, por tanto, son imperfectas, pero en eso radica su gracia.
  2. Fija fechas límite para lo que quieras llevar a cabo: Pon una fecha límite en la que darás por finalizado lo que estés haciendo, esté como esté. Eso no significa que sea la versión final, pero es una primera versión de lo que estás haciendo.
  3. Comprométete con otra persona para acabar lo que quieras realizar: Cuando nos comprometemos con otra persona, adquirimos un compromiso. Eso hace que nos planteemos las cosas de diferente manera, porque al habernos comprometido, tenemos que hacerlo. Puedes adquirir tu compromiso con alguien con quien tengas confianza, de esta manera puedes explicarle también tu barrera con el perfeccionismo.
  4. Divide en trozos más pequeños lo que tengas que hacer: Al dividir una tarea o un proyecto en fases más pequeñas, nos resulta más fácil abordarlo. Plantéate asumir retos más pequeños, de esta manera, no lo verás como subir una montaña, sino como ir dando pasos pequeños hacia tu meta.
  5. La vida sigue: Hagas o no hagas lo que estás planeando, el mundo va a seguir dando vueltas. Puedes equivocarte, puedes hacer algo imperfecto, pero la vida va a seguir adelante, por tanto, tu eliges si quieres pasar a la acción o no.

La acción imperfecta

Cuando somos capaces de aceptar que las cosas son imperfectas, empezamos a actuar. Es mejor empezar por algo, tener una base sobre la que ir trabajando, para poco a poco ir dándole más forma y poco a poco ir mejorándola.

Si tenemos en cuenta que la perfección no existe… ¿hasta cuando vas a estar buscándola? ¿Durante cuánto tiempo vas a dejar que te siga frenando?