El año 2010, en Chile vivimos uno de los mayores terremotos del mundo, fue algo que mi familia y yo vivimos y tuvimos que aprender a sobrevivir a las secuelas psicológicas que esto nos trajo.
Lo que no todos saben es la loca historia que a continuación narrare:
Un Domingo de Enero del año 2005, pleno verano en Chile, junto a mi familia regresábamos de nuestro campo a eso de las 9 de la noche, al ir llegando a la ciudad vimos muchos autos en sentido contrario, como cerca de allí existe una terminal de buses pensamos que se dirigían allí, aunque igual nos llamó la atención no le dimos mayor importancia.
Bañe a los niños y los acosté, a los pocos minutos cuando ya comenzaba a dormirme sonó el teléfono, al responder era una amiga que vivía a 15 km de nuestra casa y me dice, supiste, que cosa? pregunté ilusa….hay alarma de tsunami…-qué? ¡¡¡, colgué el teléfono y desperté a todos, no nos detuvimos ni siquiera a pensar que en aquel tiempo vivíamos lejos del mar y nos fuimos rumbo a la casa de mis suegros.
En el camino la cantidad de autos se había triplicado, incluso algunos iban por las veredas.
Nos detuvimos en un servicentro a cargar bencina, demás está decir que estaba repleto de autos y muchas personas bajaban de sus autos a comprar, lo surrealista era que la mayoría estaba en pijamas, los autos estaban repletos de personas y de cosas incluso algunos llevaban en sus techos refrigeradores, colchones y hasta sus televisores.
Más raro aún era la situación ya que la ciudad se encontraba bastante lejos del mar, pero ninguno de nosotros pensaba en eso, la cuestión era escapar.
Al llegar a destino nos encontramos que mis suegros tenían un montón de maletas en el pasillo de su casa, en eso nos llamó un amigo que es marino, Pepe y nos tranquilizó diciendo…todo está en calma..no sucederá nada…y tuve la mala idea de preguntarle..-y tú dónde estás?….me responde..-estoy en el cerro con mi familia.
Obviamente su respuesta nos dejó peor, finalmente a las 4de la mañana regresamos a nuestra casa, pero lo peor fue al día siguiente, las calles de la ciudad estaban casi desiertas, todo el mundo dormía, al salir me encontré con una amiga que cojeaba mucho, le pregunté que le había sucedido y me contó que se había esguinzado el tobillo al ir al cerro.
Nunca supimos con claridad el porqué de esa falsa alarma, pero creo que en parte fue la culpable de que cuando realmente se necesitó en el 2010 nadie quiso hacerse responsable de volver a emitir una posible falsa alarma.
Esa noche,cerca de 20.000 personas salieron de sus casas escapando de un falso tsunami en la ciudad de Concepción.
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