Consiste en la extirpación quirúrgica del útero. Puede ser de tres tipos:
- Parcial. Cuando se extirpa el cuerpo del útero.
- Total. Cuando se se extirpa el útero y el cuello del útero para evitar el riesgo de cáncer.
- Total ampliada. Cuando la extirpación afecta también a la parte superior de la vagina y los ganglios linfáticos.
Intervención vital
En los casos en que la vida de la mujer está en peligro, esta operación es indispensable. Pueden ser casos de cáncer o hemorragias importantes y severas.
Miomas
Es la causa más frecuente de histerectomía a partir de los treinta y cinco años en la mujer.
El mioma es una especie de tumor benigno e indoloro que suele remitir tras la menopausia.
En ocasiones el mioma no desaparece, sino que causa importantes molestias, como hemorragias repetidas, presión en órganos adyacentes o anomalías ginecológicas.
Endometriosis
Cuando esta disfunción en las células de la matriz resiste las diferentes terapias hormonaes y provoca importantes dolores.
Prolapso
Cuando por el relajamiento de los tejidos de apoyo que circundan el útero, éste desciende hasta la zona vaginal y arrastra la vejiga o el recto.
Tomar la decisión
Conviene asegurarse si la intervención es verdaderamente necesaria, pues ha llegado a abusarse de la misma para resolver problemas ginecológicos que tendrían solución sin una medida tan drástica.
Tenga claro si el tratamiento efectivamente le aportará mejores condiciones de vida y las molestias, dolores y hemorragias desaparecerán.
Considere el deseo futuro de tener un hijo si aún puede esperar. Es posible que pueda arrepentirse si aún está en edad de procrear.
Tómese su tiempo para pensarlo con calma y reflexionar, elija un momento oportuno para estar descansada y tranquila a la hora de tomar su decisión.