La niñez de Eñaut llegó a su
fin con tan solo cinco años, cuando a eso de las cinco y media de la madrugada,
mientras dormía en su habitación soñando con convertirse en portero de la Real,
unos desconocidos entraban en su cuarto para sacarle en brazos de la cama y
llevarle a casa de su abuela. Mientras le sacaban de una casa atronada por
golpes, gritos y disparos, pudo ver cómo esa gente que acababa de asaltar su
casa, se llevaban a sus padres y a los tres hombres que llevaban un par de días
viviendo en su casa. Era 16 de abril de 1989 y la Guardia Civil acababa de
asestar un duro golpe al Comando Éibar de ETA en Ondarroa.
Ese niño no era otro que el
actual guardameta de la Real Sociedad,Eñaut Zubikarai, el cual tardó varios años en volver a
ver en libertad a sus padres, Kandido e Iñake. A ambos se les acusó de
colaboración con banda armada por ocultar a Losu Ziganda Eneko, Juan Carlos
Balerdi y Fermín Urdiain 'Txiki' en su casa. Kandido reconoció que era colaborador
de ETA desde hacía dos años y exculpó en sus declaraciones a Iñake. Aun así,
ella también pasó varios años en la cárcel. Él fue condenado a 22 años en la
prisión de Alicante por colaboración a ETA y colaboración necesaria en un
asesinato.
De esta forma, la familia
Zubikarai recibía un segundo mazazo en menos de diez años, duro golpe ya que en
1980 Jesús María Zubikarai Badiola Jhisa, el hermano de Kandido, tío de Eñaut y
simpatizante deEuzkadiko Ezkerra, era
brutalmente asesinado a tiros por el Batallón Vasco Español, grupo de extrema
derecha, en un atentado del que no se conoce condena alguna hacia sus asesinos.
Quizás fuera esa la razón que empujaría a Kandido a colaborar con ETA, o quizás
no.
En toda esa espiral de
violencia, viviendo con su abuela y con sus padres en la cárcel, la conciencia
política del guardameta se vio salpicada, nunca ha escondido su simpatía abertzale.
Tal es así, que de siempre ha ofrecido su nombre y firma a manifiestos sobre la
causa, bien fuera para la oficialidad de la selección de fútbol de Euskadi, para
pedir la liberación de Arnaldo Otegi o para participar en el más polémico de
todos en 2006, el Manifiesto de Ibaeta. Con él se apoyaba la marcha que exigía
unas mejores condiciones para los presos de ETA. Participaron multitud de deportistas vascos, desde
jugadores de la Real como Aranburu, Labaka o López Rekarte, hasta ex
futbolistas de la talla de Iribar, Karmona, Sarriegi o Endika Guarrotxena,
pasando por otros deportistas relevantes de Euskadi comopelotaris,trontzalarisoaizkolaris
Pero fue en 2009 durante el
Hatotxu Rock, festival de música para concienciar a la sociedad de la política
penitenciaria hacia los presos de ETA, donde sobre el escenario fue
fotografiado junto a otros cincuenta familiares de presos mostrando retratos de
sus padres, madres, hijos, etc., todos ellos encarcelados. En ese mismo momento
comenzó a conocerse su historia más allá del Ebro, fuera de Euskadi. El guardameta
de la Real Sociedad comenzaría a tener problemas en el mundo del balón.
Casualidad o no, dos años
más tarde, en 2011, la Real Sociedad recibió una oferta del Hércules para que
Zubikarai se marchara cedido curiosamente a Alicante, ciudad donde su padre, Kandido
Zubikarai, se encontraba 22 años después en prisión. Debió haber salido en
2006, pero la famosa Doctrina Parot no se lo permitió hasta septiembre de 2011.
Cuando Eñaut soñaba con recibir a su padre a la salida del centro penitenciario
de Fontcalent, todo se torció inesperadamente. Las redes sociales y el correo
del Hércules comenzaron a llenarse de mensajes pidiendo que no firmara por el
equipo al ser hijo de un colaborador de ETA. Tal fue la presión, que las
negociaciones se rompieron por supuestas discrepancias económicas, y poco
tiempo después, el club alicantino publicó: "Cuando interesa un jugador
nos fijamos en sus cualidades, no en si es de derechas o de izquierdas o si le
gustan los hombres o las mujeres. Pero esto es un tema que puede herir la
sensibilidad de mucha gente".
La historia de Eñaut Zubikarai, el acercamiento de presos, ETA, ideales, política, familia, y cuantas otras etiquetas que hacen de aquella
noche de abril de 1989, una de esas noticias de nuestro fútbol desconocida por
muchos.