En diciembre de 2005 un grupo cómico conocido como Grupo Risa (nombre en clara parodia al Grupo Prisa) destapó accidentalmente uno de los primeros escándalos de la era Zapatero, cuando este inepto e impresentable presidente de gobierno apenas llevaba poco más de año y medio al frente del Ejecutivo de España.
En el programa La Mañana, de la Cadena COPE, presentado por Federico Jiménez Losantos, uno de los geniales imitadores de Grupo Risa se hizo pasar por el Presidente Rodríguez Zapatero y llamó a Evo Morales para felicitarle por su victoria en las elecciones presidenciales de Bolivia y su ascenso al poder como máximo mandatario de su país. Lo que no iba a pasar de ser una de tantas desternillantes bromas de Grupo Risa se convirtió a un tiempo en un incidente internacional, en motivo de indignación feroz del gobierno socialista, y en la revelación pública de las ayudas que Zapatero y su gabinete habían enviado a Evo Morales y su partido para lanzarlo a la presidencia de Bolivia y convertir a la nación hermana en una de las nuevas potencias socialistas sudamericanas que engrosase la liga izquierdista en el subcontinente.
Por supuesto, nadie en las instituciones españolas movió un solo dedo para investigar lo que se adivinaba como un verdadero escándalo de financiación ilegal desde un gobierno socialista español, con dinero del contribuyente, para interferir en un proceso electoral extranjero.
Sucedió en 2005. Y entonces aún no nos hacíamos idea de lo funestas que iban a resultar las dos legislaturas del indeseable y malvado Rodríguez Zapatero. Ahora Evo Morales, desde su exilio, pide la mediación de ZP. Ambos se deben mucho y ni uno de ellos se puede permitir que la conexión boliviana del expresidente español quede expuesta.