por Micaela Urdinez
SAN MARTIN DE LOS ANDES.- Se encontraron con kilómetros de bosques enredados, inconexos y poco armoniosos. Ante ese panorama, se propusieron levantar los cimientos de una comunidad de vida: una que no sólo consiguiera cambiar la mirada sobre la discapacidad en la ciudad, sino que también consiguiera darle a cada individuo las herramientas necesarias para poder desplegar todas sus potencialidades sin tener que emigrar a las grandes ciudades y desarraigarse para contar con el servicio que su ciudad de origen no le puede brindar.
Y no tuvieron mejor idea que hacerlo a través de un Puente de Luz que uniera a las personas con discapacidad, a sus familias y a la sociedad en su conjunto, en un abrazo colectivo contenedor y multiplicador.
Así fue como un grupo de familias, profesionales y amigos de San Martín de los Andes, se unieron para crear la organización que recibe este nombre, para mejorar la calidad de vida de las casi 3000 personas con discapacidad que se estima que viven en la ciudad y desarrollar diferentes espacios imprescindibles.
"Nuestro objetivo en este momento es construir un centro de día para poder darles los apoyos generalizados que necesitan las personas con discapacidad. De esta manera lograríamos descomprimir muchas problemáticas que hoy no están resueltas en esta zona y darles una mano a los chicos más dependientes. Soñamos con un lugar en el que los chicos puedan estar durante el día recibiendo todas las terapias que necesitan, mientras sus padres pueden trabajar", sostiene Moni Leotta, tesorera de Puentes de Luz y madre de Carolina, una joven de 28 años con parálisis cerebral.
"Cuando ella nació acá ni siquiera había kinesiólogos. Teníamos que ir a la Capital para hacerle todos los chequeos. Después, San Martín de los Andes fue creciendo y vinieron algunos profesionales, pero todavía están muy dispersos. No existe un centro de día dedicado a la atención de personas con discapacidad y hay muchos chicos que lo necesitan", agrega Leotta. A su hija Carolina moverse en andador no la limitó para animarse al desafío de subir al refugio del volcán Lanín, que queda a 2600 metros de altura. La actividad se llama "Un volcán de superación".
Después de cinco años de mucho trabajo de orientación y apoyo a las familias, de concientización social, de capacitación profesional con expertos nacionales y extranjeros y de talleres recreativos y terapéuticos dirigidos a personas con discapacidad, Puentes de Luz decidió cerrar el local alquilado donde funcionaba la sede social, para poner todas sus energías en levantar el centro de día. Su apuesta de máxima fue un proyecto que presentaron al Fondo de Financiamiento del Programa para Personas con Discapacidad de la Ley de Cheques, pero que todavía no consiguió aprobación.
"Increíblemente un vecino que vio todo lo que nos movíamos nos donó un terreno, que luego canjeamos con la municipalidad por otro de 3000 metros, en donde estamos levantando una casa canadiense prefabricada que gentilmente nos ofreció un estanciero de la zona cuando conoció nuestra causa. Lo bueno es que con este canje de terreno estamos cerca de todos los barrios y es de fácil acceso", dice Angélica Zorrilla, presidenta y fundadora de la entidad. Su hija María, de 16 años, que nació con parálisis cerebral severa, no camina, no se comunica verbalmente y es muy dependiente en sus actividades cotidianas. Va tres horas a la escuela especial y luego a las actividades de estimulación.
"La tengo que cargar yo sola al auto para poder trasladarla a todos estos lugares, pensá que María ya casi tiene mi tamaño. Y eso que yo tengo movilidad. Imaginate los padres que tienen que llevar a sus hijos con discapacidad severa a los distintos profesionales en colectivo", plantea, para resaltar la necesidad de un centro que reúna todas las terapias que necesiten.
Tienen un grupo en www.facebook.com/puentes de luz y la página web http://www.puentesdeluz.org.ar/ . Su teléfono es 02972-420242.
Fuente: lanacion.com.ar