Algunas veces este vecino del mundo tiene la sensación de que más que débil de ideas para el blog, está yermo. Sin embargo, en cualquier momento, como hoy, alguien viene, en forma de declaraciones y parece transformarse en un brazo muy largo cuya mano llega a tu lengua y comienza a tirar de ella hasta que sientes una necesidad inmensa de “inaugurar” otro artículo, lo prefiero a “post", aunque no sean exactamente lo mismo.
Esta mañana, estaba ojeando mi cuenta de Twitter (@PATXIPE), cuando una joven actriz a la que sigo porque me parecen muy juiciosas sus apreciaciones personales, adjuntaba como idea a“Hombres de la política y de las mesas de debate, un apunte:
Un hombre comienza a ser interesante cuando aprende a dudar. Carmen Rico-Godoy “Este vecino del mundo, que siempre se aplica el cuento de todo, incluso a modo de conejillo de indias, ha llegado a una rápida conclusión: -No hay duda, yo soy interesantísimo.Lo que ocurre es que hace tan solo unas semanas, lo ha recordado inmediatamente, coincidió con una excompañera de trabajo, y siempre sabes si tienes química con alguien, y con ella, siempre se había adivinado, que de haber habido algo, hubiera sido “armas químicas”, por estar uno en las antípodas del otro. Y tras estar un rato hablando, ella me confesó “siempre he sabido que eras una buena persona, pero (era inevitable que apareciera el “pero” a modo de indicación de que ahora venía la bofetada) eres muy indeciso”.
Está claro que la persona, con su buen deseo que ha originado este artículo, se estaba refiriendo a lo que ocurre entre el Gobierno Catalán y el Central, pero uno, este vecino, siempre relaciona todo, en primer lugar, con lo que tiene; y a la mayoría ya sólo nos quedan los recuerdos.
Con respecto a Cataluña, este vecino, sin ser politólogo, ni historiador, ni mucho menos futurólogo, está convencido de que este asunto tiene mucho que ver con lo ocurrido a los británicos y su Brexit.
Siempre tan cuidados, con medidas especiales, y ojo, aviso para los que no me conocen, soy vasco, y todo ésto, no me trae de nuevas, porque siempre nos han hecho sentir, a los vascos en general, como dentro de un polvorín, llega un momento en el que te puedes creer imprescindible, e incluso el rey, perdón, en este caso el republicano de la fiesta. Hasta que tiras tanto de la manta, para intentar quedartela, que se rompe, y con la avanzadilla que llevabas te quedas al borde de la nada. Y sino, lo dicho, que se lo pregunten a los británicos, que de ser, al menos ellos así lo creían, el ombligo del mundo, han pasado a tener el trasero muy prieto.
*FOTO: DE LA RED IDEA: PATXIPE