Magazine

Cuando la música ganó la batalla al tenis

Publicado el 18 mayo 2010 por Gloria

Cuando la música ganó la batalla al tenisLlegó a ser uno de los mejores tenistas en Dinamarca en categorías juveniles. Pero este deporte tenía demasiadas reglas para él , lo abandonó. Nuestros oídos estarán eternamente agradecidos al tenis, su dura disciplina hizo que Lars Ulrich cambiara la raqueta por los palillos.

Este danés (Gentofte, 1963) que disfruta recorriendo las galerías de artistas y casas de subastas, está reconocido como uno de los mejores baterista de todos los tiempos.

Su padre, el tenista profesional Torben Ulrich, le transmitió los dos placeres: el tenis y la música. A los 10 años, Lars asistió a su primer concierto: Deep Purple en Copenhague.
Otro concierto en la capital danesa está asociado al que recuerda como peor día de su vida. Tenía doce años cuando compró entradas para ver a Queen, pero su madre no le dejó ir por estar castigado.

Cuando la música ganó la batalla al tenis

En 1976, “después de rogar 50 mil veces de rodillas” a su abuela, recibió de ésta una batería de regalo. Fue su primera batería. Lars quería de inmediato tocar con un grupo, pero su padre le aconsejó paciencia: “Trata primero de tomar lecciones del instrumento”, a lo que Lars replicó: “Yo puedo aprender en 10 días. Siempre he vivido para esto”.

Tres años después Lars se fue a vivir a Florida. Su padre lo había matriculado en una reconocida academia de tenis. Un sitio que él consideraba su “prisión de tenis”. Se debatia constantemente entre el deber y el querer. Una contradicción vital que ayudó a resolver “The Recycler”. Lars Ulrich contestó a un anuncio publicado en este periódico local dónde se buscaba a un guitarrista. Así apareció su hoy fiel compañero James Hetfield en voz y guitarra para ir moldeando a la que para muchos es la mejor banda de metal del planeta: Metallica.

El resto ya es historia.

Cuando la música ganó la batalla al tenis

“Aún siento enojo por la injusticia en el mundo, las políticas sobre muchas cosas que me molestan. Aunque crecí de forma cómoda en Dinamarca, nunca fui pobre ni sufrí en mi vida. Creo que es posible hacer música sin haber sufrido. Cuando eramos jóvenes estábamos llenos de arrojo y queríamos apuntar con el dedo al sistema. Y no creo que eso haya cambiado porque hoy vendamos más discos o viene más gente a ver nuestros shows.
” (Lars Ulrich)


Cuando la música ganó la batalla al tenis

También podría interesarte :

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Quizás te interesen los siguientes artículos :