Título completo: Cuando la oscuridad nos amaElizabeth Engstrom
Título original: When Darkness Loves Us
Idioma original: Inglés
Año: 1985 La biblioteca de Carfax (2021)
Traducción: Blanca Rodríguez Novela corta y novela (terror)
Cuando la oscuridad nos ama, de Elizabeth Engstrom, es un libro que comprende dos historias: la primera titulada como el propio volumen, y la segunda, de aproximadamente el doble de extensión, con el nombre de "La belleza es...". Se trata de las dos primeras historias publicadas de la escritora, que ya vieron la luz juntas en este mismo formato en su primera edición, en 1985.
No tienen gran cosa en común, más allá de algunos temas que no son de extrañar que coincidan en dos trabajos de una misma autora. Fue el famoso escritor Theodore Sturgeon, mentor de Engstrom, quien insistió en que fueran publicadas de este modo, como él mismo nos cuenta en el prólogo.
Las dos narraciones están ambientadas en el mundo rural estadounidense, en el que el costumbrismo del día a día en las granjas se enfrenta o se entremezcla con lo fantástico y lo extraño. Las relaciones dentro de la unidad familiar son también un tema importante en ambas.
En "Cuando la oscuridad nos ama" acompañamos a la protagonista, Sally, en el inquietante viaje vital que realiza desde que queda atrapada en una caverna terrible y asombrosa. El relato o novelette juega con el contraste entre este mundo subterráneo y el exterior.
En "La belleza es..." la protagonista es Martha, una mujer adulta con grandes dificultades para comprender su entorno, y con una nariz implantada quirúrgicamente, rodeada de cicatrices. Los capítulos alternan constantemente entre dos épocas: la presente (bueno, presente en... ya me entendéis), y un pasado que se remonta a cuando la madre y el padre de Martha eran aún jóvenes.
La oscuridad
Una gran diferencia entre ambas historias es el ritmo. Es comprensible que en la narración más corta, "Cuando la oscuridad nos ama", el ritmo sea más rápido, pero es que es tremenda la forma en que la autora nos sumerge en las tinieblas, de forma figurada y literal, tras solo tres páginas de introducción. A mí esto me ganó de inmediato, y mi interés se mantuvo igual de alto hasta el final. Solo en un momento, en el que volvemos al día a día del exterior, me pareció que decaía un poco la intensidad, pero la escena en la que desemboca este primer regreso al mundo de la luz merece mucho la pena, y compensa con creces el cambio.
En todo caso, es normal y beneficioso que en cualquier historia la tensión suba y baje. En "Cuando la oscuridad nos ama", la autora la mantiene alta durante gran parte del relato, con varios puntos álgidos a pesar de su extensión más o menos corta. Tiene, por supuesto, su clímax final, pero está repleto de momentos y situaciones capaces de impresionar. Me resultó fascinante la fantasía del mundo subterráneo que desarrolla Engstrom. A este respecto, lo que Sally percibe, piensa y siente tiene más protagonismo que lo que pueda estar pasando en realidad, una característica típica del terror psicológico.
Se trata de una novela corta muy buena. Además, es fácil ganarme con el tipo de historia de terror que nos presenta la perspectiva de los monstruos como les extrañes, rechazades por el mundo.
Con el pecho agitado, intentó arrastrarse escaleras arriba. Los dedos se habían convertido en garras, solo era capaz de emitir gemidos ahogados, en lugar de los fuertes gritos que buscaba, desesperada, en un vano intento de que su padre y su esposo la rescatasen.
Se convulsionó de miedo: los dedos rígidos, la espalda arqueada. Un espasmo muscular la hizo girarse boca arriba, los escalones de piedra se clavaron en su espina dorsal y la oscuridad la envolvió y se apoderó de su mente.
La belleza
"La belleza es..." es opuesta, como decía, en cuanto al ritmo: consiste en una larga exploración de la vida de Martha y la de su madre, Fern, repleta de situaciones bastante cotidianas, si bien espolvoreadas con lo fantástico. Y también con lo inquietante, que acompaña a veces la narración como un suave rumor, que solo se convierte en rugido en las últimas páginas.
Aunque es una novela lenta, los personajes son atractivos desde el principio, y la autora es capaz de mantener el interés. Mientras desarrolla su historia, nos va dando lo justo para que queramos seguir leyendo y averiguando un poco más sobre Martha y su mente, sobre lo que sucedió y sobre lo que va a pasar. Sin embargo, en cuanto a la posibilidad de emociones más o menos fuertes, esta expectación es casi lo único de lo que tiramos durante la mayor parte de la narración. Es meritorio que, aun así, la novela no resulte aburrida para alguien con tan poca paciencia como yo.
A pesar de que se ve venir de sobra el conflicto que se va a desencadenar al final, de forma claramente intencionada, y de que tenemos tiempo de sobra para imaginar lo que podría acabar pasando, el resultado consigue ser sorprendente. Engstrom juega muy bien con lo que nos ha contado antes, pero que quizá ni recordemos, y con la expectación que nos crea y que tenemos más presente. Los últimos dos capítulos dan a la novela el cierre que la convierte en una estupenda historia de terror, de las que se te quedan guardadas en el rincón del cerebro reservado para lo que es a la vez macabro y alucinante.
También es importante, en esta segunda narración, el tema del personaje freak. Martha es extraña, la "retrasada" del pueblo, alguien cuya mera existencia supuso una decepción para su familia, en especial para su padre. Aquí no hay siempre un contraste tan fuerte y tan claramente simbolizado (oscuridad/luz) como en el primer relato, sino que somos testigos de una parcial integración de la protagonista en su entorno, no exenta de momentos tiernos.
Creció el volumen del rugido protector, una advertencia para que no se acercase, para que se fuese, para que lo dejase estar. Dio un paso más y un gruñido, un gruñido de fauces abiertas, un gruñido de colmillos desnudos le puso la carne de gallina. La idea de unos dientes clavándosele en la carne la hizo estremecerse; el siguiente pensamiento, el de aquellos dientes desgarrando la mente de su hija, le infundió coraje. Dio otro paso.
Un tenebroso atractivo
El estilo literario me gustó. La autora se pone a veces bastante poética, sobre todo en los momentos importantes, lo cual me agrada. No es un estilo muy directo, pero en general se deja leer rápido, sin dejar de ser bonito y evocador. Yo lo prefiero a los estilos más simples que se ven a menudo en libros más actuales. La traductora, Blanca Rodríguez, hace un excelente trabajo al adaptarlo a este idioma.
Respecto a la traducción, me gustaría señalar un punto positivo. Tengo alguna manía, quizá un poco caprichosa, cuando los personajes traducidos son gente de barrio, o, en especial, delincuentes, y con la forma en la que hablan. Cuando corresponde, Blanca Rodríguez usa muy acertadamente "los maderos" y "un madero", en referencia a agentes de policía. Es un término coloquial muy común y fácil de oír por ahí, para nada reciente, que, sin embargo, está completamente ausente en la gran mayoría de traducciones (pienso en el audiovisual). Se suelen encontrar en su lugar expresiones genéricas como "poli" o, a veces, la llamativa "polizonte", que yo personalmente jamás he oído en la vida real, y que me resulta absolutamente ridícula. Seguro que hay alguna justificación profesional para que se haga de este modo, pero, por lo que a mí respecta, puntos extra para la traductora por dar credibilidad a este tipo de lenguaje.
También mencionar que es alucinante la ilustración de portada de Rafael Martín Coronel. Siempre hace un gran trabajo con los libros de esta editorial, pero esta es una de mis favoritas.
Es difícil no recomendar a les lectores interesades en el terror Cuando la oscuridad nos ama, uno de los regalices (golosinas oscuras y amargas) que La biblioteca de Carfax escoge y nos ofrece a les aficionades al género. Si no fuera por su trabajo, este interesante libro de los ochenta no tendría aún hoy, hasta donde yo sé, edición española.