Revista Asia
Era la primera vez en la historia, después de la firma de armisticio, que la delegación de Corea del Norte y Corea del Sur se ponían de acuerdo para formar una selección unificada de Corea y así, participar en un torneo de máxima calidad como el campeonato del mundo de tenis de mesa en 1991 celebrado en Chiba, Japón. Tenían que sobreponer en los principios de aquella década la revelación de los jugadores alemanes, yugoslavos y suecos y la eterna atención hacia los intachables jugadores chinos enviando a los mejores jugadores de la península. Aunque las categorías de este deporte estaba dividido en siete (individual masculino, individual femenino, dobles masculinos, dobles femeninos, dobles mixtos, equipo femenino, equipo masculino), la selección de Corea quería enfocar en llevar el trofeo de campeón a la península en la categoría de equipos.
El primer encuentro entre los jugadores de ambos países era gélida y atormentado. Incluso se murmuraban entre sus compañeros para someter al desprecio para subir sus egos. La coordinación entre los jugadores no se podía prosperar debido a múltiples discrepancias y opiniones
El diario de Corea del Norte