Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior, conversa con Igancio Cosidó, el director general de la Policía. Mortadelo y Filemòn piden también la medalla de Oro. Cuando la política se aprovecha de la religión, ninguna de ellas sale beneficiada. Hay miles de ejemplos que así lo demuestran. Veamos los más recientes. El ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, firmaba el pasado 3 de febrero la Orden ministerial por la que concede la Medalla de Oro al Mérito Policial, con carácter honorífico, a la virgen María Santísima del Amor. Una distinción a propuesta de la cofradía de culto y procesión Nuestro Padre Jesús el Rico y María Santísima del Amor. El argumento que justifica la concesión reside en la “estrecha colaboración” de la cofradía con la Policía Nacional“en actos celebrados durante la Semana Santa”. La orden, firmada por el titular de Interior, reconoce compartir valores con la agrupación religiosa como la “dedicación”, el “desvelo”, la “solidaridad” el “sacrificio”.
La extrema religiosidad de Fernández Díazes públicamente conocida y, en ocasiones, ha sido duramente criticada, cuando ha intentado imponerla en las políticas que impulsa y sus acciones al frente del Ministerio. Varios de sus asesores y altos cargos del Ministerio no sólo son católicos de pro, sino que incluso contribuyen a la causa con su afiliación al Opus Dei o a la Orden Constantinianade San Jorge, a la que pertenece el propio ministro a pesar de no estar reconocida por el Vaticano. Se trata del ministro que, el pasado 23 de enero, ya se mostraba convencido de que Santa Teresa de Jesús era “intercesora” para España “en estos tiempos recios” que está atravesando el país y animaba a acercarse a la obra literaria y mística realizada por la religiosa durante sus prolijos años de vida.
El Sindicato Unificado de Policía (SUP) declina la invitación para presentar la “Jornada internacional de formación en investigación de delitos cibernéticos contra menores”, inaugurada por la reina Sofía, porque se resisten a “participar en actos de propaganda mediática orquestados por el actual director”, Ignacio Cosidó, tal y como destacan en una nota de prensa. Mónica Gracia, secretaria general del sindicato, asegura, en una carta dirigida a la reina, que “sería un honor asistir al acto pero por razones de elemental coherencia es imposible que podamos hacerlo si la invitación procede del Director General de Policía”. “En los poco más de dos años de mandato –escribe la secretaria general–, este sindicato mayoritario y defensor de los valores constitucionales, está siendo objeto de reiterados ataques por parte del Director General de Policía, apostando por un modelo policial alejado de nuestro carácter civil, donde lo religioso se impone sin respetar la libertad de elección de cada persona, y las discrepancias legítimas en este contexto se penalizan con expedientes disciplinarios, sanciones y querellas contra quienes han sido elegidos por los/las policías para ser representados”.
El pasado viernes, el SUP también declinaba asistir al acto de Ávila de jura de la XXV promoción de inspectores de la Policía Nacionalporque la Dirección General del cuerpo, por órdenes del ministro Jorge Fernández Díaz, obligó a cambiar la canción tradicional que entonan los nuevos agentes, una marcha fúnebre de Frédéric Chopin, por una nueva canción de carácter religioso en el homenaje a los policías caídos. Se les obligó a aprender y cantar el himno militar “La muerte no es el final”, algo que el sindicato considera “absolutamente improcedente y fuera de lugar”. En el mismo comunicado, el SUP también afirmaban que lo que la Policía necesita es más formación y “menos politización”, así como “más respeto a sus derechos”, protocolos de actuación y menos recortes de sueldo.
La semana pasada el sindicato tampoco acudió al Pleno del Consejo de Policía porque Cosidó les “sigue ninguneando”. Denunciaron, así, que en la presentación del Informe del Director General de la Policíano se permitió que los vocales del Consejo hicieran alegaciones, lo que consideraron tanto un incumplimiento de la norma como una falta de respeto a las organizaciones sindicales representativas del cuerpo. Además, denunciaron que, en la mayoría de casos del apartado de expedientes disciplinarios, ya habían sido cumplidas las sanciones impuestas a los agentes, “despreciando los argumentos y pruebas aportados en las Comisiones donde se vieron, por lo que esto se convierte en un mero trámite burocrático completamente estéril”. Curiosamente, un grupo de ciudadanos ha creado una campaña de recogida de firmas en la plataforma Change.org para que el Ministerio del Interior conceda la Medalla de Oro al mérito policial con carácter honorífico a los personajes de ficción Mortadelo y Filemón. La argumentación de los solicitantes es simple: “Tras la concesión a Nuestra Señora María Santísima del Amor, solicito de igual forma la concesión de dicha condecoración a Mortadelo y Filemón, personajes también de ficción que, desde 1958, llevan contribuyendo a ensalzar las bondades de la Policía a través de sus divertidas viñetas”. A los cuatro días ya se habían recogido casi 20.000 firmas.
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