Entre el silencio humano y el rugir de la tierra y esas locas y terroríficas sacudidas que hacían imposible mantenerse de pie, recordé que mi hijo aún estaba en el segundo piso junto al resto de mi familia.
La casa tenía una escalinata exterior de acceso al segundo piso, en ese momento junto con lanzar un desgarrador grito llamando a mi hijo, veo que caían grandes bloques de cemento desde la cornisa y los muros, en ese instante veo aparecer a mi sobrino mayor y a mi hijo, ya era imposible bajar por allí, Miguel salta esos 3 o 4 metros por el costado de las escaleras y mi sobrino le deja caer a su hermano de 4 años, mi hermana y cuñado de pronto los veo junto nosotros, no se como salieron de allí, son todos momentos de angustia, solo sabíamos que debíamos irnos de allí lo más pronto posible.
En ese instante también aparece mi madre, trayendo consigo las zapatillas de mis hijas y las mías, recordé mi bolso, allí tenía las llaves de mi camioneta, así es que entre vaivén y vaivén entre a la casa y a ciegas logre encontrarla….ya no había necesidad de abrir el portón, todo el cierre perimetral de la casa estaba en el suelo, mi cuñado salió primero con su auto y luego yo…de pronto mi hermana se pone como loca apurando a mis padres para que salgan también, pero ellos se niegan rotundamente a dejar la casa. Yo ya sabía que esa sería su actitud, porque debido a los muchos sueños premonitorios que tuve casi durante un año tuvimos la oportunidad conversar del tema y yo de hacer un plan de evacuación, pero ellos siempre me manifestaron su intención de quedarse, nunca comprendí el porque……, así es que debido a que el tiempo pasaba hice entrar a mi hermana a su vehículo y calmarla diciendo que ahora lo más importante era proteger a nuestros hijos, así es que fuimos hacia un lugar alto, un cerro cercano a unos 2,5 km, era lo bastante alto y desde allí podíamos divisar el mar.
Esa noche estaba muy iluminada por un gran luna por lo que se podía ver los barcos en la bahía.
Poco a poco comenzaron a llegar muchos autos y el lugar de pronto se saturó de gente…a cada instante la tierra temblaba con fuerza, mis hijas en pijama y sus batas, yo tal cual me desperté…de a poco comenzamos a darnos cuenta que estábamos con lo puesto, mi celular permanecía enchufado en casa, pero los niños tenían los suyos, no se cuando ellos hicieron eso….la noche parecía interminable, cada tanto mirábamos el mar, todo parecía tranquilo.
Al rato los niños necesitaron ir al baño, pero donde?…estábamos lejos de casa, allí habían también varias casas, pero era incomodo tener que molestar a gente que no conocía, hasta que la necesidad tuvo cara de hereje y toque una puerta…-por favor señora, estamos con 4 menores, sería posible permitirles usar su baño?…la mujer no dudo en dejarnos pasar y decirnos que tocáramos su puerta las veces que fuese necesario incluso si queríamos pasar todos allí, porque estaba frío afuera, le di las gracias, pero no quisimos abusar de su confianza.
Como a las 5 de la madrugada, bomberos comenzaron a dar el aviso que bajaramos a nuestras casas porque se había desactivado la alerta de tsunami, mi hermana inmediatamente – exclamó ! bajemos¡, estoy preocupada por mis padres y los niños tienen frío, además necesito fumar y los cigarrillos quedaron en casa….yo respondí ipso facto..-aquí nos quedamos, la casa es muy antigua y es demasiado peligroso allí, se nos puede incluso caer un muro encima. Debo decir que moría por fumar también en aquel momento.
Caminamos un poco allí para tener mejor vista del mar, de pronto tuve la sensación que se estaba secando, solo podía distinguir entre azul casi negro y negro y este último comenzó a predominar la bahía, también vi a los barcos alejarse mar adentro.
Esa fue la noche más larga de mi vida. Tiempo después comenzó a amanecer, fueron largas horas de espera…dejamos allí mi camioneta y todos fuimos en la de mi cuñado en busca de nuestros padres, al llegar a la plaza vimos gente corriendo y todo era barro por lo que decidimos volver a subir y esperar un poco más…no se cuanto tiempo esperamos, pero volvimos a bajar, había agua por todos lados, una casa azul en medio de una calle, como una pintura surrealista…aún estábamos a 4 calles de la casa y cada vez más agua, por lo que le dije a mi cuñado que esperara allí y yo iría sola, mis hijos objetaron mi decisión, pero la acataron.
Comencé a caminar y a medida que lo hacía el agua me llegaba mas arriba, de pronto 2 policías trataban de abrir la puerta de una pequeña casa,entonces recordé que mi abuela decía que en terremotos lo más peligroso eran los ladrones, así es que me acerque a ellos y les pedí acompañarme a casa porque debía buscar a mis padres, se negaron, dijeron algo como que debía batallar sola porque allí los necesitaban. Entonces tomé el brazo de uno de ellos y dije firme – ! ud., va conmigo¡ y lo hizo.
Ya en la esquina de mi casa el agua me llegaba casi a la cintura…. de pronto me hundí completamente…mis ojos abiertos solo veían agua barrosa y mi boca tragaba agua, pude sentir el sabor salado, no pensé en la muerte, no pensé en mis hijos, tampoco sentí miedo, aún sabiendo que había caído en aquel desagûe de aguas lluvias que no tenía fondo porque era curvo y desembocaba en el mar…en eso sentí las manos del policía agarrando con fuerza las mías y arrastrándome hacia arriba mientras mis piernas raspaban en el borde de cemento….seguimos hasta la casa, había muchos peces y algas, al llegar, él subió entre los escombros de la escalera en busca de mis padres…yo impactada ví las puertas de mi casa abiertas y todo allí flotaba, el microondas y el baúl fue lo primero que vi…corrí los muebles con mis manos, estaban livianos flotando sobre el agua, las camas estaban paradas como tapizando los muros que quedaron en pie….todo estaba destrozado, salí para intentar llegar al segundo piso por la escalera de atrás, costaba caminar por el agua…en ese momento escuché el grito del policía…! vamos vamos, viene otra ola¡…..