Revista Opinión
Y bien peladas que están. Pero no, no es suficiente. La Troika ha hablado. Es estrictamente necesario. Es, naturalmente, otro paso más hacia el esclavismo. Los griegos tienen que seguir haciendo sacrificios.
Los nuevos recortes entran dentro del ámbito de lo laboral. Entre ellos, reducir a la mitad la indemnización por despido y ampliar la semana laboral a seis días. Como ven, la política del cangrejo es la imperante, “pa’trás”, cada vez más cerca del S. XIX.
¿Cómo se puede denominar un mandato de esta guisa? ¿Es sensato pedir que trabajen más los trabajadores activos, en un país con el 22% de paro? ¿En qué mundo vive esta gentuza? Y conociendo la insaciabilidad de estos impresentables que compone la Troika, no se pararán ahí, ¿qué será lo próximo: que trabajen los niños, o el derecho de pernada?
Y todo esto ¿para qué? Los resultados están a la vista, tanto en Grecia como en los demás países “PIGS”, en vez de solucionar problemas, estas medidas los han agravado. Eso sí, mientras tanto Alemania sigue consiguiendo dinero para pagar su deuda al 0%, nosotros cerca del 7% y Grecia cerca del 20%. Esto es lo que se llama igualdad de oportunidades. Por cierto que el país de la “egalitè”, parecía que podía ser el árbitro cuando cambió de Sarkozy a Hollande, y sin embargo se ha quedado en el intento, habiendo cambiado de Merkozy a Merklande.
Esto cada vez tiene peor pinta y empieza a oler a podrido. A estas alturas de la película, la cosa está muy fea. Esta gentuza está consiguiendo que el trabajo sucio se lo hagamos desde el sur, y están sustituyendo a China y a los países del sureste asiático por los países PIGS. Porque la productividad en nuestros países está aumentando, a costa de arruinarnos y empobrecernos. Y no será por la innovación o la tecnología, sino por la bajada de salarios y el aumento de la jornada laboral. Con lo cual, Alemania, Francia y demás países del centro y norte, tendrán mano de obra barata sin tener que recurrir a los chinos que no son de fiar y están más lejos.
Ya es hora de decir basta. Deberíamos haberlo hecho antes. Cada día que pase será más difícil. No podemos esperar más. La alternativa –que no se hará porque nuestros gobernantes son sumisos e interesados súbditos de los países poderosos y de los centros financieros importantes— es unirse todos los países PIGS, plantarse y no pagar la deuda hasta que no haya una auditoria y se renegocien las condiciones de la devolución de la deuda real y una política de incentivación de la economía que cree empleo.
Si todos los países afectados, los PIGS, nos enfrentáramos a esa Troika insaciable, veríamos como cederían. No les quedaría más remedio. Aproximadamente dicen que el 60% de la deuda es a bancos y empresas europeas, de las que el 30% son alemanas. Si hubiera un plante, seguro que renegociarían la deuda. Es mucho también lo que se juegan ellos. Alemania, Francia y los países ricos no tendrían más remedio que renegociar la cantidad y las condiciones de devolución de la deuda. Mientras que un país sólo es más difícil que lo consiguiera.
Merkel viene el jueves y tratará de ponernos nuevos deberes. Mientras, Rajoy ya está entrenando, no quiere problemas de contracturas cuando tenga que doblar la cerviz. Lo único que espero es que no venga con tres jarras de cervezas bebidas, como las de la foto de la portada de ABC. Parece que es habitual que lo haga cuando tiene que dar instrucciones severas, o sea a menudo.
Con la insolidaria jefa alemana aquí, sería oportuno hablarle claro y decirle que las prioridades de este país no son la deuda, sino que sus ciudadanos no empobrezcan más y que hay una necesidad imperiosa de reactivar la economía, con medidas incentivadoras.
Quizá habría que recordarle las ayudas que Alemania tuvo con el plan Marshall, o más cercano, la solidaridad de Europa cuando la unión de las dos Alemanias.
Aunque me temo lo peor de esta señora y que Rajoy seguirá lo que diga su ama. Y ya saben ustedes a quién les tocará de nuevo pagar la factura. Pedir que Rajoy se enfrente con su jefa es mucho pedir, pero al menos que por pedir no quede, que la realidad ya nos pondrá de nuevo en el sitio que quiere Merkel, por desgracia. O sea al lado de Grecia. Ya saben aquello de que cuando las barbas…
Salud y República