Revista En Femenino

Cuando las notas del instituto no son lo que esperabas

Por Felizenbrazos

Llega el final de curso, has pensado un montón de actividades para que tu adolescente no se aburra en verano y de pronto, un bofetón en toda la cara cuando abres el sobre de las notas.

El curso pasado no fue muy bueno; cambio de centro, cambio de profesores, cambio de compañeros, nuevo ciclo escolar (empezaba el instituto), una situación familiar no muy favorable… Me pasé el año pendiente de él, de sus estudios, de sus avances y aun así, todo el curso fue renqueando. Él es un niño listo e inteligente, y a veces creo que ahí radica el problema. Sabe que con muy poco esfuerzo es capaz de quedarse con las cosas, lo que ha hecho que se vuelva muy vago.

El año pasado, además del instituto, estuvo unos meses asistiendo a sesiones con una psicóloga, a ver si conseguía que se abriese un poco sobre su situación personal y nuestra relación personal, que últimamente no es precisamente buena. Pero la verdad es que no sirvió para mucho. Las malas notas, unido al hecho de que se había juntado con unos chicos que no me gustaban nada (le incitaron a quitarme dinero del monedero, a colarse en un edificio abandonado y alguna otra travesura más) me llevaron a cambiarle de centro educativo.

Imagen de pixabay

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Y llegó el nuevo curso, 2º de la ESO, en un nuevo instituto con buenas referencias y también con cuota mensual. Para mí no es fácil pagar una mensualidad, un gasto extra añadido a los que ya tengo, teniendo en cuenta que trabajo media jornada y que estoy yo sola, que su padre desapareció hace años y nunca me ha pasado pensión de alimentos. Pero aun así, por su bien y por su futuro, hice el esfuerzo. Después de la primera evaluación y viendo que había materias en las que flojeaba, decidí también ponerle un profesor particular.

Pero ha dado lo mismo. Yo no puedo pasarme las tardes encima de él observando si estudia y si hace los deberes. Por suerte para todos, en este instituto mandan pocos deberes para casa, cosa con la que estoy totalmente de acuerdo. Pero no hacer deberes no implica no hacer nada por las tardes, y menos cuando hay asignaturas que le cuestan mucho.

He probado todo. Lo que más hago es hablar y razonar con él, pero da lo mismo. Por más que le explico que tiene que estudiar, que con 14 años tiene tiempo de hacer eso y mucho más, que es por su futuro, que sin estudios el trabajo es más complicado que con ellos (vale, ahora mismo tener trabajo está difícil para todos), la “charla” sirve uno o dos días y luego vuelve a vaguear. Le he visto con los libros en la mesa, jugando con la tablet; le quité la tablet de la habitación. Le he visto jugando con el móvil mientras se supone que estudiaba; le quité el móvil. Le he visto hasta haciendo dibujos mientras se supone que preparaba un examen. Hemos hecho planillas  de estudios, con ciclos de estudio intercalados con ciclos de descanso y esparcimiento, para que no se sature, pero también ha dado lo mismo porque ha perdido el tiempo en el ciclo de estudio. Hemos hablado, hemos razonado, hemos pactado, le he castigado, le he puesto consecuencias a sus actos, he sido dura, he sido permisiva, he sido tolerante, he sido la madre buena y el poli malo. Lo he intentado todo. Pero nada ha servido. Según han pasado los meses, ha ido a peor. Los días previos a los exámenes han sido días muy tensos, en los que hemos discutido porque él no entiende que tenga que pasarse horas estudiando… Me ha pedido paciencia, comprensión y confianza, cosas que le he dado, pero ha vuelto a suspender. Y sé que no es por dificultad, los profesores me dicen que es un chico inteligente pero que no se esfuerza nada.

Las notas de final de curso han sido catastróficas. Tanto que posiblemente repita. Y no sé qué hacer. Ya no sé qué hacer con él y con los estudios.

Me he planteado dejarle repetir curso, para asentar conocimientos, pero él me ha dicho que si repite no va a dar un palo al agua este verano. La verdad, tampoco me parece justo que se pase un verano de ensueño como recompensa a su actitud. He buscado una academia para preparar todas las asignaturas que le han quedado, pero es mucho dinero, muchísimo por un mes intensivo 4 horas, y tampoco eso garantiza que vaya a aprobar. El verano pasado, con un profesor particular, aprobó una asignatura y suspendió otra en Septiembre.

Creo que hasta que él mismo no sea consciente de la importancia que tiene lo que está haciendo, no servirá para nada. Y yo estoy un poco desesperada. Porque he visto muchísima gente arrepentirse de no haber estudiado en su día.

Mi primera reacción al ver las notas fue castigarle con lo que más le gusta: sin móvil y sin salir con sus amigos. Y está enfadadísimo. Sé que los castigos no sirven de nada. Lo sé porque además lo he comprobado a lo largo del curso, que he recurrido a estos castigos y le ha dado igual. Pero también pienso que no hacer nada, que dejarle libertad para entrar y salir, para estar todo el día conectado, es como premiar su actitud y tampoco me parece justo. Me debato cada día sobre qué hacer. Y no tengo las herramientas necesarias en este momento.

Por favor, me vendrían muy bien vuestros consejos y comentarios sobre este tema. ¿Tenéis o habéis tenido un adolescente que pasa de estudiar? ¿Y cómo lo habéis solucionado?


Cuando las notas del instituto no son lo que esperabas
Cuando las notas del instituto no son lo que esperabas
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