Hace poco más de un mes empecé a trabajar en mi súper nuevo puesto, en una increíble compañía de telecomunicaciones acá en Luxemburgo (de esta súper aventura les contaré en otro post muy pronto). Me considero demasiado afortunada de haber encontrado este trabajo. Después de meses de empleo irregular, por fin conseguí un contrato más estable, con buena paga y excelente prospectos laborales a largo plazo. Me encuentro muy contenta haciendo mi pega. Me encanta levantarme temprano y llegar a la oficina antes de las 9 AM, conversar con colegas entre coffee breaks y trabajar duro en lo que encuentro que es un trabajo soñado.
¿Están mirando mi presentación o mi trasero?
El único PERO con el que me he topado es que más de una vez que conversando con hombres en mi trabajo y de la nada me salen con claras intenciones de flirteo y quizás algo más. Si yo fuese una mujer soltera, bienvenidos sean los sementales, pero me encuentro bien comprometida, enamoradísima de mi novio y francamente me siento incómoda frente a esas situaciones. Hay días en que preferiría pasearme con un gran cartel en mi frente (y mis pechugas) que diga "NO SOY SOLTERA".
Es tal el nivel de incomodidad que experimento, que llego a sentirme culpable si es que un hombre termina flirteando conmigo por puro que mostré entusiasmo en algún comentario que él hizo o en su trabajo. ¿Será que doy señales muy seductoras y no me doy cuenta? Porque no soy la media mina y tampoco me visto como una, a lo más uso tapa ojeras bajo los ojos, desodorante y con suerte me lavo el pelo más de una vez a la semana desde que empecé a trabajar en la compañía (entre la hora y media que me toma regresar a la casa, y las varias actividades sociales post trabajo no hay tiempo para verse como una chica COSMO).¿Será que esto es normal, que basta con ser menor de 35 y sonreír y los hombres saltan contentos como liebres? La verdad es que nunca he considerado que la atención masculina sea un problema. Es más, pucha que es rico que de cuando en cuando un extraño te haga sentir como una reina cuando has dormido 4 horas y todavía no logras perder esos malditos 8 kilos. Pero este último mes me he sentido bien rara con el tema. Cada vez que me enfrento a este tipo de situaciones me dan unas ganas terribles de decir: "Estoy muy felizmente emparejada con mi novio, ¿cómo se te ocurre que haría algo así?". Todo esto es una estupidez, lo tengo claro. En el fondo sé que en realidad no tiene nada que ver con los flirteos en sí, sino que cuando un hombre flirtea conmigo me gatilla el sentimiento de lo mucho que amo a mi novio y todo el futuro que tenemos por delante.Son instantes desde el momento en que un hombre extraño me mira de cierta manera seductora en el que me veo casada con mi novio, en un departamento un poco más grande, con nuestro hijo en la sillita de comer, paseos familiares a ver a los abuelos, poniéndome en forma post-embarazo para que así vuelva a sentirme cómoda de que mi esposo me toque seductoramente. Son esas mil hueas y pasadas de rollos que estoy segurísima que muchas minas piensan cuando se ven enamoradas y cuasi casadas (no por dinero o conveniencia, sino por el amor ese de veras) de su pareja.Y ni les cuento como me sentí en el vuelo de vuelta a Luxemburgo, cuando el azafato guachito carnúo me hecha la conversa en la parte de atrás del avión, yo con mi francés atarzanado y el me dice: "Deberías venir a Francia conmigo y yo te enseño Francés". Y a ustedes chicas bellas, ¿se han pasado los mismos rollos que yo cuando han estado enamoradas de su pareja?