Revista Belleza

Cuando los "me gustas" se convierten en "te quiero"

Por Edithtstone @Almartahis

     Esta entrada va dedicada a una persona muy especial que conocí a través de este blog. Fue algo muy raro porque después de la primera conversación no volvimos a hablar en unos días. Hasta que le pregunté cómo seguía y desde entonces hablamos casi a diario. Las conversaciones fluían sin esfuerzo, no necesitábamos un tema del que hablar, éste llegaba solo y lo retomábamos al rato, después de haber hablado de otras mil cosas antes. 
    Las horas de diferencia tampoco importaban, ni siquiera cuando me pesaban los párpados y se me enfriaban las manos por tenerlas fuera de la mantita. No importaba nada, solo reírnos de las chorradas que decía el otro y escribir otra chorrada peor. 
    Como era de esperar, el tema del amor acabó saliendo y la conversación se alargó durante horas, conociendo detalles íntimos el uno del otro y haciéndonos saber que nos gustábamos. ¿Un error? Aún no estoy segura. Está claro que cuando dos personas se gustan deben de estar juntas, al menos intentarlo, ¿pero qué pasa cuando os separan 7829 km? ¿le dices a esa persona lo que sientes o te lo guardas para no entristecerla? Porque yo cuando le digo a alguien que le quiero me gusta mirarle a los ojos y besarle. Y si no puedo hacerlo me pongo triste.
    Pero no puedo evitarlo más, no puedo callarlo durante mucho más tiempo, ya empiezo a notar como mi corazón, roto y frío después de que lo usaran, vuelve a latir rápidamente y a acelerarse cuando llega la noche. La noche para mí, la tarde para él. Dormir con el móvil bajo la almohada se está convirtiendo en costumbre y me gusta. Me gusta porque antes nadie se preocupaba por mí y yo no me preocupaba por nadie, pero ahora hay una persona al otro lado de ese móvil que desea saber cómo me ha ido el día. Y aunque es pronto y es una putada que esté tan lejos: le quiero.
La distancia significa muy poco cuando alguien significa mucho.
Había una vez, digo, no sé cómo empezar la historia, pero allí va: existen muchas cosas para vincular a una persona, desde una canción, una cena, compartir un asiento en la parada del autobús, juegos, institutos, universidades, salas de citas… En fin, pero de las cosas más extrañas que he sabido es una enfermedad. Bueno, sí, suena extraño y hasta tétrico o tal vez no, quizás muchas personas se conocen por esas cosas pero para mí era un mundo extraño.
Y allí estaba yo, sentado frente al ordenador, buscando alguna sintomatología similar a la mía que me confirmara que no iba a morir (ok, algo exagerado, pero en estos tiempos quién sabe), da igual, como si San Google me fuera a dar la solución, ¡qué mala costumbre por cierto! cansado de tanto buscar, encontré una imagen en particular que me llamo la atención, era muy similar a mi dolencia así que decidí seguirla y me condujo a un blog, cosa nueva para mí también, preocupado y ensimismado en mí aun decidí ponerme en contacto con aquella persona. Es raro que alguien de las webs te conteste si le sigues, supongo que dirá: ¿y este acosador? XD.
Para mi sorpresa, ella respondió, cosa que desde ya me dio una buena impresión, de inmediato nació una curiosidad por saber más, ¿saber más?, ¿para qué?, ¿por qué? Entonces, tu cerebro y tu sentir se separan. 
¿Qué buscas?¡Continúa!¡Para!¡Alto!¡Piensa!¡No pienses!¡Recapacita!¡Lánzate!
Todo junto no terminaba de cuadrar, luego se armonizan y traen a flote aquellas frases trilladas del colegio: “el peor dolor es el del arrepentimiento”, “todo por ganar nada por perder”, “cada vez que sucede algo, ten por seguro que algo mejor vendrá para ti”.
Aun dudando miro la pantalla con el cursor parpadeando, antes de decir HOLA, ¿Hola? ¡Qué clase de tonto dice hola y no sabe que decir después de eso! Y así empezó.
Quien no tiene miedo no está vivo, pero existen diferentes tipos de miedo: miedo a la muerte, a la soledad, al dolor, al fracaso, a las agujas y hospitales en mi caso jajajaja, pero entre tantos miedos está el querer, ¿el querer da miedo?  ¿O el querer y ser lastimado?
De por sí mi vida era un desastre. Ok, eso está muy trillado, entonces digamos que estaba cumpliendo con vivir, pero desde que la conozco las cosas son diferentes, me levanto y lo que pienso es: “espero que esté bien”. Entonces miro el celular para checar su última conexión y verificar si aún está viva, jajajaja ¿sonó a drama?  No importa. Me preocupa saber cómo va su día y sus sueños, sus penas y alegrías y pese a que no pueda tocarla aún, si cierro los ojos y me concentro  fuertemente bloqueando todo el entorno puedo sentirla entre mis brazos.
A donde voy no lo sé, pero sea cual sea el camino mi oro al final del arcoíris es ella.
Vi un título: “cuando los me gustas se convierten en te quiero”.
Cuando los me gustas se convierten en te quiero: todo es más bonito, ¡hasta levantarse temprano!
Cuando los me gustas se convierten en te quiero: al final del día duermes con una sonrisa.
Cuando los me gustas se convierten en te quiero: haces cosas locas.
Cuando los me gustas se convierten en te quiero: tu vida empieza a organizarse.
Pero sobre todo cuando los me gustas se convierten en te quiero deseas con todas tus fuerzas eliminar el “ME” y convertirlo en “NOS”.
Dejo esto de escribir para los entendidos, no soy bueno plasmando cosas y menos explicándolas, quizás es por eso que se me da mejor escuchar que hablar.Cuando los me gustas se convierten en te quiero, escribo algo como esto sin saber cómo.

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