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Cuando los papás y mamás consiguen pareja nuevamente

Publicado el 03 octubre 2019 por Noticias Frescas Online @1NoticiasOnline
Cuando los papás y mamás consiguen pareja nuevamente
Hay algo que todos los hijos de este planeta deben tener en cuenta, y es que cuando los padres se divorcian, siempre existe la posibilidad de que ellos rehagan sus vidas con otras personas diferentes, y en medio de este escenario, siempre estarán los hijos, que deberán acostumbrarse, lo quieran o no, a la compañía en su hogar de un nuevo miembro a quien no conocen.
Cuando uno de los padres muere, el proceso de adaptación de los hijos ante la presencia de un desconocido puede ser un poco más sencillo, ya que es imposible volver a tener a su lado a aquel padre o madre que ya no existe más en este mundo, y no queda más remedio que acostumbrarse a la idea de que su padre o su madre tienen todo el derecho de intentar reorganizar sus vidas nuevamente. Pero cuando los dos padres viven, el proceso de adaptación de los hijos ante la presencia de un extraño, puede tomar un poco más de tiempo.

Hay que sentir lo que sienten los hijos
Muchas veces, los padres olvidan lo que puedan pensar o sentir sus hijos, y se dejan llevar tan solo por la emoción de compartir nuevamente su espacio con alguien que es un completo desconocido en la vida de sus propios hijos.
Para los hijos nunca es fácil esta adaptación. Es un proceso en el que el 99% de los padres nunca se sienta a dialogar con sus hijos antes de iniciarlo. En pocas palabras, la mayoría de las veces, un hijo vive completamente solo con su padre o con su madre, y al día siguiente se encuentra con una persona extraña que duerme en la misma cama donde antes dormía su verdadero padre o su verdadera madre.
Los padres deberían siempre, cuando tienen planes de organizarse de nuevo con otras personas, sentarse a dialogar con sus hijos y explicarles que hay alguien que va a llegar poco a poco a compartir un espacio muy importante dentro de sus vidas.
La incorporación de una nueva pareja en la vida, es algo que debe hacerse de forma paulatina. Los hijos tienen derecho a saber que su padre o su madre se han enamorado nuevamente y que ese nuevo amor, llegará a vivir con ellos en algún momento.
Muchos traumas se desprenden por lo general de una separación, algunos de ellos imborrables, y los padres casi nunca se preguntan si la forma como han hecho las cosas, afectará positiva o negativamente a sus hijos.
Dejar el egoísmo a un lado
Existe un egoísmo natural enorme en cada persona, y ese egoísmo hace que no nos interese lo que piensan, ni siquiera aquellos que más deberían importarnos y que son nuestros propios hijos.
Cuando los hijos están muy pequeños, el proceso de adaptación a un nuevo miembro en el hogar es mucho más simple y sencillo. Pero cuando los hijos están en edades cercanas a la adolescencia, es un poco más difícil que ellos se hagan a la idea de que su papá o su mamá, van a dormir en la misma habitación en la que antes dormían con quien era su verdadero papá o mamá, pero en esta ocasión, con alguien que es un perfecto desconocido.
Los hijos sienten su seguridad amenazada. Ven con temor que una persona extraña probablemente les robará el amor y la atención de su padre o de su madre, y en muchas ocasiones, los hijos dejan de expresar esto que les sucede y se refugian en los amigos o el alcohol, o las drogas, o en cualquier cosa que los haga evadir esa realidad que están viviendo y que seguramente si les fuera posible, no les gustaría vivir.
Sexo con discreción
Sumado a todo lo anterior, está el hecho de que los hijos a partir de los 12 o 13 años, ya saben bien que su padre o su madre tendrá relaciones sexuales en su casa con esa nueva persona que ha llegado a sus vidas.
Muchas veces, los padres no prestan atención a esta situación y tienen jornadas de sexo escandalosas con esa persona extraña que ha llegado a su hogar, mientras sus hijos duermen en el cuarto contiguo, sin importarles ni por un segundo que al menos durante un buen tiempo, deberían ser tan discretos como les sea posible, en lo relacionado con su actividad sexual de pareja.
Cualquiera que haya vivido esta situación, sabe lo incómodo y traumático que puede llegar a ser, el escuchar a su madre o a su padre gimiendo de placer en el cuarto de al lado.
Llevar una nueva persona al hogar, es algo que puede afectar a los hijos para bien o para mal, de una manera que los padres muy pocas veces toman en cuenta.

A veces todo sale bien
Sin embargo, toda moneda siempre tiene dos caras, y en este caso, a veces sucede que la llegada de una nueva persona, puede traer algo que hacía falta en el hogar. Por ejemplo, aquellos padres o madres que se separan de sus parejas porque su vida era prácticamente un infierno, conviviendo con personas abusadoras, maltratadoras, capaces de agredir a sus propios hijos, encuentran en una nueva pareja, un remanso de paz y tranquilidad que les era completamente desconocido.
Una nueva persona en el hogar que comience a desempeñar un buen papel de padre o de madre de unos hijos que no le pertenecen biológicamente, puede en ocasiones llegar a hacer un papel mucho mejor y más responsable, que aquel papel que el verdadero padre o madre nunca fueron capaces de representar.
Llegan los nuevos hijos
Por otra parte, con la llegada de esas nuevas uniones afectivas, llegan también nuevos hijos a los hogares, y eso es algo sobre lo que hay que hablarles a los hijos actuales, ya que ellos tendrán que compartir su espacio y el afecto que reciben, ya no solamente con su padrastro o su madrastra, sino que además de ello, también tendrán que compartir su espacio, con sus ahora “nuevos hermanos o hermanas”.
Sin embargo, e independientemente de cualquiera que sea el escenario que se presente, los padres que piensan organizar sus vidas con otras personas diferentes, deben tener siempre en cuenta que sus hijos necesitan de un tiempo de adaptación para asimilar de la mejor manera, aquellas decisiones que son exclusivas de los padres, pero que los afectan a ellos de múltiples formas.
Los padres no pueden nunca pretender introducir cambios tan profundos en su núcleo familiar como la llegada de una nueva pareja, o de unos nuevos hijos, sin tener en cuenta la manera como dichos cambios podrán afectar a los hijos que están bajo su cuidado y responsabilidad.
Como padres, tenemos la responsabilidad de velar porque nuestros hijos crezcan en el ambiente más saludable posible, y como hijos, tenemos la responsabilidad de saber adaptarnos a las decisiones que nuestros padres decidan tomar y en las que de una u otra manera podamos vernos afectados.

De un correcto balance en la toma de decisiones que hagan los padres, dependerá en gran medida el correcto desarrollo emocional de los hijos. Cuando los papás y mamás consiguen pareja nuevamente y ya tienen hijos a su cargo, nunca deben olvidar que sus hijos llegaron primero a sus vidas, que aquella nueva persona con quien piensan compartir de ahora en adelante su existencia, o al menos hasta que un nuevo motivo les haga separarse una vez más.
Si usted ha vivido esta situación bien sea como padre o como hijo y desea comentar su experiencia, por favor déjenos un comentario y permítanos conocer su punto de vista en esta que es una situación muy de la vida cotidiana.

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