Revista Viajes
Escribo estas líneas en el móvil, sujetando también sobre mis brazos a un bebé de tres meses. Él es la razón de que mi vida haya cambiado 360 grados y haya, entre otras cosas, dejado temporalmente de viajar. Por eso me ha parecido un buen momento para echar la vista atrás y recordar mi vida viajera, que comenzó a intensificarse en 2008, hasta este parón. Una mirada hacia atrás que sirva de recuerdo y reflexión.
Tener un hijo me ha cambiado no solo la vida sino la mente. Todo lo que antes era importante para mí parecer haberse eclipsado totalmente por él. No digo que tenga que pasarle a todo el mundo; os cuento mi experiencia. Si antes leía novela, hoy leo ensayos sobre crianza; si antes hacía cientos de planes, ahora los evito para no trastocar sus rutinas; y sobre todo, apenas viajo, no tomo cerveza y pienso fundamentalmente en él y su bienestar. Los primeros meses son los más duros, por eso creo que esto será algo pasajero y no me preocupa. Lo vivo con normalidad. También creo que cada momento tiene sus cosas y ahora mismo conocernos y entendernos es lo que toca. Luego tendremos tiempo de conocer mundo y poder disfrutar de otras cosas.