Revista Opinión

Cuando mataron a Lennon

Publicado el 08 diciembre 2020 por Manuelsegura @manuelsegura
  • Cuando mataron a Lennon

A John Lennon lo mató en Nueva York un paranoico un 8 de diciembre de hace cuatro décadas cuando algunos apenas superábamos la mayoría de edad. Recuerdo aquel lunes, soleado pero frío y otoñal, a las puertas del invierno, en el que escuché en la radio la sorprendente noticia. Era muy difícil de creer que alguien pudiera haber hecho algo así: descerrajar cinco disparos con una facilidad pasmosa, a las puertas del edificio Dakota, en la calle 72, donde residía el artista y ante la mirada atónita de Yoko Ono.

Yo había llegado a Radio Juventud de Murcia apenas un par de meses antes para ejercitarme como meritorio. Estaba en los informativos, pero mi relación con la gente de la RJ2, la emisora que en Frecuencia Modulada fue pionera en nuestro país emitiendo en estéreo, era habitual. Cuestión generacional, supongo. El director, Adolfo Fernández, y el jefe de programas, Diego Pedro López Acosta, reunieron al equipo en las horas siguientes a conocerse el crimen y se les dijo que algo había que hacer ante el calibre del suceso. Fue así como se programó para el sábado siguiente un maratón de 24 horas con solo y exclusivamente música de los Beatles. El evento se inició a las 12 del mediodía y contó con conexiones con la BBC de Londres, desde donde el comentarista y presentador Oriol Calpí envió varias crónicas, así como una entrevista que se le realizó al propio Lennon unas seis horas antes de su muerte, en la que además felicitaba la Navidad a los oyentes. 

En ese fin de semana se conectó también con Radio WADO de Nueva York, desde donde el comentarista Luis Armando Feliciano relató los detalles de última hora sobre tan trágico suceso. En aquella demostración de amor a la música y de fervor por la radio participó el elenco de locutores de la RJ2, coordinados por Andrés Garrido y capitaneados por Joaquín García-Estañ, el ya por entonces doctor O’Boogie, quien años después llegaría a ser decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Murcia. Con ellos estuvieron además Manolo Franco, Alfonso Cerezo, Pedro Sanz, Gerardo Coll, Adolfo Fernández Jr., Antonio Muelas, Eduardo Gomaríz, Luis Fernández Jr., junto a Salvador Escolar, desde la emisora de Cartagena, y Mateo Fortuny, desde la de Barcelona, quienes completaron el equipo, al que se incorporó también una traductora, Angela Kissak.

Decía Lennon que cada persona era el fiel reflejo de la música que escuchaba. Aquel quiso ser un homenaje sincero a un hombre que resultó todo un icono generacional. Alguien que llegó a predecir, como si de un visionario se tratara, que momento a momento, así es como vivimos ahora. Apreciamos cada día y también le tenemos miedo. Podría ser el último día. Suena chistoso, pero cualquier día te podría atropellar un coche o algo así. Estoy empezando a apreciarlo”.

Dos días después de su asesinato, Lennon fue incinerado y sus cenizas entregadas a Yoko Ono, quien descartó celebrar un funeral al uso. La urna que las contenía quedó en poder de la artista japonesa, como tantas otras cosas que Lennon le legó en vida y para la posteridad. La radio murciana, y un puñado de jóvenes llenos de ilusión y entrega, quiso dejar su estela en el recuerdo con un esfuerzo en el que la ausencia de medios se suplió con amplias dosis de imaginación. Porque vivir siempre fue fácil con los ojos cerrados.


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