“Tiene las alas gachas…
Parece conforme, pero no deja de estar sometido a la opresión.”
Hacia el tirano de Lothir iban dirigidas estas palabras, de boca de Oritzen de Noried, joven insurrecto cuya vida pendía del rey. Su lucha por liberar al país de su enemigo, Edner Nevothenien, había fracasado. Y él era, en parte, responsable.
Profundas amistades y amores sinceros, capaces de desmoronar las convicciones más férreas, se sucederán en Lothir, un país guerrero y ambicioso que lucha encarnizadamente por dominar y defender territorios en detrimento de su mejor tesoro: el pueblo.
Una historia de amor-odio llevada a sus máximas consecuencias.
Traiciones, sentimientos prohibidos, conspiraciones para derrocar al rey de Lothir, un rey marcado por un oscuro secreto que lo atormentará cada día de su vida, un rey cruel, malvado, con el único objetivo de afianzar sus conquistas exteriores sin preocuparse por la población de su propio país. El rey Edner Nevothenien podría entrar perfectamente en la categoría de personajes que odiar, sin embargo, esto es sólo al principio. En cuanto se va avanzando en la historia, se descubre que en realidad es un hombre con una ideas muy claras, cierto que algunas equivocadas, pero que defenderá a aquellos que les importante, como a su sobrina, la cual será secuestrada en las primeras páginas por un grupo de habitantes del pueblo que quieren derrocar al rey. Y entre ellos se encontrará Oritzen, quién acabará acercándose poco a poco a Edner y descubrir su verdadera cara.
El primer libro de la bilogía Cuando muere un ruiseñor no ha sido lo que yo esperaba. Me esperaba encontrar una historia de batallas, caballeros, guerras y princesas, y lo que me he encontrado ha sido algo totalmente diferente, una novela en la que lo mencionado en el párrafo anterior queda un poco al margen para ensalzar a sus dos protagonistas principales: Elder y Oritzen: ¿Qué tienen en común? Nada en apariencia, pero entre ellos crecerá una relación de tira y afloja, hasta que llegue momento en que se necesitarán el uno al otro. Oritzen, el jovencito inocente y torpe es quien me ha conquistado por su manera de ser, por sacarme unas risas y por dejarme atrapada entre las páginas de la novela esperando conocer qué era lo que le iba a suceder, ya que tropezarse con el rey Elder le llevará a pasar por un sinfín de calamidades.
Sin embargo, me ha parecido que en el ambiente flojeaba un poco. La historia está situada en un contexto medieval y he sentido que necesitaba más detalles sobre el mundo en el que se establecen los personajes, información sobre los países colindantes, etc., para entender todo el tema de las conspiraciones y traiciones. Aunque el estilo narrativo de Nina R., la autora, es sencillo y ameno, en la primera mitad el ritmo es más lento y las escenas llegan a ser un poco repetitivas, pero los giros argumentales de la segunda parte ponen patas arriba la historia y los personajes. Sí hay algo por lo que felicitar a la autora es por la manera que ha tratado las escenas más románticas y sexuales entre dos personajes homosexuales: sutiles y muy bonitas. Quizás tardan en llegar pero una vez acabado el libro te das cuenta que estaban situadas en el momento oportuno, antes habría estropeado el poder profundizar en los personajes.
Al ser un primer libro no podía faltar un final abierto e intenso y Cuando muere un ruiseñor lo tiene. ¿Qué deparará su segunda parte?
No quiero acabar esta reseña sin mencionar las ilustraciones que complementan la novela realizadas por la propia Nina. Sin ellas, la historia no sería igual ya que muestran perfectamente lo descrito en la novela, incluso algunas escenas están ilustradas en forma de cómic. Una nueva manera de contar una historia que me ha encantado.
Nina R. nació en Asturias y es aficionada al dibujo desde siempre. Impartió clases de dibujo y pintura durante años, trabajó en empresas de diseño gráfico como publicista, creativa e ilustradora, aparte de diseño y desarrollo de páginas web. Durante varios años tuvo su propio Estudio en Oviedo ("Estudio NinArt"), donde impartió clases y trabajó como ilustradora por encargo. Ha publicado en revistas amateur, semi-profesionales y profesionales, contando con varios premios, accésits y menciones especiales en concursos de cómic.