Muchos arqueólogos sospechan que surgió en una época tan temprana como el Paleolítico. Para afirmar esto se basan en que algunas de las esculturas más viejas encontradas hasta la fecha, caso de las venus de Willendorf, de Hohle Fels y de Dolní Věstonice, exhiben vulvas y senos de tamaño absolutamente desproporcionado. Es decir, eran objetos eróticos tallados, como mínimo, hace 20.000 años. El antropólogo norteamericano Tony Mellars es tajante: “Hay un simbolismo sexual que bulle en aquel periodo de la prehistoria. La gente estaba loca por el sexo”.
De todos modos, no hay consenso sobre el uso que se les daba a estas llamativas figuras. April Nowell, arqueóloga de la Universidad de Victoria (Canadá), cree que la interpretación paleopornográfica es solo una más entre otras posibles, como la religiosa, pues también podrían representar diosas.
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