Zapatos en el Paseo Los Próceres, Caracas
Hay dos preguntas típicas. ¿Dónde estás? y ¿Cuándo te vas de viaje? La verdad es que no estoy viajando todo el tiempo y no tengo apuro en hacerlo, aunque las ganas siempre están. Después de cada viaje me siento a revisar todas las fotos, la cantidad de folletos que me traigo, la cantidad de anotaciones que hago y me siento a escribir.
Y es que gracias a que escribo, viajo. Gracias a lo que me pagan las revistas para las que escribo, viajo. Y eso requiere de paciencia y de mucho amor a lo que haces. Luego, todo lo cuento aquí, porque este blog se parece mucho a lo que sueño.
Entonces, ¿dónde estoy? En Caracas. ¿Cuándo me voy de viaje? En tres semanas hacia Barlovento, siguiendo la Ruta del Cacao. Pero mientras estoy en mi ciudad, me gusta caminarla -cuando la lluvia me deja- creo que desandarla me hace sentir que sí tiene su lado amable y contarlo hace que quien lo lea, quien la vea en fotos, se reconcilie con ella. A pesar de todo, me falta hacer mucho más. Me falta, por ejemplo, atreverme un sábado en la mañana para ir a un paseo dirigido en bicicleta; desayunar tempranito en un mercado cualquier domingo, porque en cualquier otra ciudad lo haríamos y vendríamos aquí a contarlo rápido. Es cierto que mientras estoy en Caracas, planeo cada día a dónde viajar y a veces lo hago más con la imaginación que con el presupuesto, pero también me gusta mirarla, porque muchos no la conocen como los que vivimos dentro de su caos.
Lo cierto es que Caracas también tiene mucho por contar. Y eso es lo que hago, cuando no estoy viajando. Espero que nunca se le agoten las historias.
Otra del Paseo Los Próceres, uno de mis sitios favoritos de la ciudad
Caracas, desde arriba