Revista Espiritualidad

¿cuándo no se debe meditar? contraindicaciones de la meditación

Por Maribelium @maribelium

¿CUÁNDO NO SE DEBE MEDITAR? CONTRAINDICACIONES DE LA MEDITACIÓN

Max Ernst, Grätenwald, 1926


La meditación se está convirtiendo en un fenómeno de masas. Es raro quien hoy en día no ha oído hablar de la meditación o no ha hecho algún tipo de práctica meditativa.
La mayoría de las personas que conozco que hacen meditación la practican para su bienestar psicológico, para estar tranquilos, relajados o centrados. En otros casos la meditación forma parte de algún tipo de práctica espiritual o de un proceso de crecimiento personal o de autoconocimiento. No obstante, no es raro encontrar a personas que están en contra de cualquier planteamiento religioso y/o espiritual, que son fieles devotas de la práctica meditativa. 
Por otra parte, son numerosos los estudios en los que se defienden los beneficios de la meditación, aunque no todos son suficientemente rigurosos. Los estudios más serios nos muestran que la meditación puede beneficiar la salud mental, en algunos casos (sobre todo para prevenir recaídas de la depresión) y servir de tratamiento complementario a la psicoterapia en otros. En este link tenéis una interesante revisión crítica sobre el tema: https://www.researchgate.net/publication/309475612_What_is_mindfulness-based_therapy_good_for 
De lo que hay pocos trabajos es sobre los riesgos o dificultades asociados a la práctica de la meditación, aunque los grandes maestros de las grandes tradiciones ya han señalado desde hace muchos siglos, que la meditación puede tener algunos riesgos, generar malestar, removernos internamente o ponernos a prueba… Como decía un colega “un método poderoso puede ser también peligroso”. 
La meditación puede ayudarnos, siempre y cuando ésta sea enseñada por un guía experimentado y se aplique en un momento adecuado. La meditación no es una psicoterapia, pues no fue diseñada como tal, y siempre ha formado parte de un programa más completo de evolución personal. Es decir, ha estado conectada con el cultivo de la sabiduría (estudiar, pensar, etc.) y con la práctica de la ética. Si no es así, también hay numerosos ejemplos de cómo se puede usar al servicio de intereses egoístas (como podemos comprobar con toda la moda del McMindfulness en las grandes empresas o de personas que quieren aumentar su poder mental, pero no tener en cuenta a su prójimo). 
Pero la meditación también nos puede hacer sentir mal, pues el mirar adentro puede mostrarnos nuestras limitaciones, contradicciones, fantasmas, etc. Algo muy saludable si estamos dispuestos a hacer un camino de profundización y de autoconocimiento, pero perjudicial si no sabemos realizar el camino de forma adecuada. Ya me extendí en un post anterior sobre los efectos adversos de la meditación: http://maribelium.blogspot.com.es/2014/10/puede-producir-la-meditacion-efectos.html?q=meditación
En este post, sobre todo, quiero poner de relieve la importancia de NO HACER MEDITACIÓN si estamos en alguna de las situaciones siguientes, ya que, en estos casos, puede empeorar nuestro estado psíquico. Es decir, estas serían las principales CONTRAINDICACIONES DE LA MEDITACIÓN:
- Estar en un momento de duelo que genere intenso sufrimiento. Esto lo podemos ver especialmente en las primeras etapas de un duelo. En estos casos la meditación nos puede hacer sentir más intensamente el sufrimiento y desajustarnos psíquicamente. En casos de meditadores avanzados sí podría ser de ayuda, pero adaptando la práctica al proceso que se está viviendo.
- Estar atravesando una crisis personal que genere síntomas como ansiedad, excesiva tristeza, insomnio, síntomas psicosomáticos intensos y otros que interfieran significativamente con nuestra vida diaria. Puedo decir lo mismo de meditadores avanzados, que en el caso anterior.
- Tener ataques de pánico (también llamados crisis de ansiedad).
- Tener antecedentes de episodios psicóticos: por ejemplo dentro de un trastorno de la personalidad, trastorno bipolar, esquizofrenia, trastorno esquizoafectivo, psicosis reactiva breve, etc. En los casos que se tenga un diagnóstico de trastorno de personalidad, se puede hacer meditación en algunos casos, pero es fundamental que la práctica de la meditación sea orientada por un profesional de la salud mental, y en paralelo con un proceso de terapia.
- Trastornos de la personalidad: Estaría especialmente contraindicada en personalidades esquizoides, esquizotípicas y paranoides. En el trastorno límite de la personalidad se puede aplicar mindfulness con estricta supervisión terapéutica y con profesionales de la salud mental experimentados en aplicar meditación a este tipo de pacientes. En casos de trastorno narcisista de la personalidad o personas con importantes rasgos narcisistas, pueden intensificarse estos rasgos.
- Haber sido diagnosticado de un trastorno disociativo, pues la meditación puede aumentar la disociación. 
- Haber sido diagnosticado de un trastorno somatoforme: hipocondriasis o síntomas graves des somatización.
- Trastorno de estrés agudo: las semanas posteriores a una situación traumática, la meditación puede aumentar la sintomatología y el sufrimiento. La excepción pueden ser meditadores experimentados que saben manejar las emociones difíciles con la meditación. 
- Trastorno de estrés postraumático: en algunos casos la meditación puede intensificar los síntomas o reactivarlos. Es importante la supervisión de un profesional de la salud mental en estos casos y que se apliquen técnicas específicas adecuadas a la persona y a este tipo de trastorno.
- Como única terapia cuando hay dificultades psicológicas: algunas personas confunden meditación con psicoterapia y creen que la meditación les puede “sanar”. En estos casos lo más probable es que la meditación empeore su estado, incluso aunque se disfrace de mejoría porque produzca algún estado de relajación y de bienestar.
- Meditar con un guía poco experimentado o sectario: muchas personas enseñan meditación sin un recorrido serio previo, o sin suficientes conocimientos. Llevan a otros por territorios desconocidos para ellos mismos, pues cada vez son más frecuentes las titulaciones de meditación, sin exigirse una base adecuada o una suficiente práctica y experimentación. En este tema, es fundamental que quien nos guía tenga años de práctica en el camino de la meditación, muestre unos mínimos de equilibrio psíquico, humildad y sentido común. En los casos en los que haya diagnóstico psiquiátrico es preferible hacer la práctica con un profesional de la salud mental, también experimentado en el tema.
En caso de duda, si queremos meditar, mejor consultar con un profesional de la salud mental que también sepa sobre meditación y/o con un maestro que tenga amplia experiencia en el tema. También es importante señalar que según el tipo de meditación, tendrá más o menos riesgos o más o menos beneficios según el momento personal, etapa del camino, etc.

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