En ScienceDaily se puede leer una noticia aparentemente sensacional. En resumen, se acaba de descubrir que el relato oficial sobre la estructura de la cromatina, el que cuenta como la doble hélice se enrrolla alrededor de cuatro tipos de histonas, para formar el llamado nucleosoma, es incompleto. Los investigadores acaban de publicar en Molecular Cell que se han encontrado con un estado intermedio en el proceso: le han llamado prenucleosoma y se encuentra justo antes del superenrrollamiento del ADN. Este prenucleosoma necesitaría de una proteína dependiente de ATP (chromatin assembly and remodeling factor, ACF). Hasta aquí la noticia.
Lo que me llamó la atención fue ese titular que llamaba a la revisión de los libros de texto. Y parece que no fui el único. Larry Moran, editor del blog Sandwalk y autor de un libro-tocho de bioquímica universitario, también se hizo eco de la noticia. Para él la cosa no es para tanto, principalmente por tres razones: la primera, es que el prenucleosoma se ha encontrado in vitro, la segunda, es que aún tiene que ser confirmada, y la tercera, y más importante para él, es que no es suficientemente importante.
Para Moran, las afirmaciones que se encuentran en la noticia de ScienceDaily, por parte de James Kadonaga, uno de los autores del paper, no son más que especulaciones sin fundamento: “Hay que reconsiderar lo que es la cromatina” o “la cromatina podría ser, en realidad, una mezcla de nucleosomas y prenucleosomas”. En palabras de Moran:
“This is mostly hype and none of this speculation is found in the actual paper. Unfortunately, this sort of press release has become the norm and that’s got to stop. “
A todas luces, para Larry Moran no se trata sino de prensa amarilla en el mundillo de la divulgación científica.
Pero hay más. En los comentarios del post de Moran, Carl Zimmer, autor del blog The Loom, no lo tiene tan claro:
“I find that adding in relatively recent research is a good way to breathe new life into a subject.”
Es decir, que nos encontramos con el dilema habitual en que se encuentran muchos editores de libros científicos: ¿cuándo incorporar un nuevo concepto o descubrimiento a los manuales de enseñanza? En líneas generales, estoy con la opinión de Zimmer. Incluir conceptos calientes en los libros de texto da una imagen clara y dinámica de la ciencia, en perpetuo cocimiento, en contraposición a los textos que sólo incluyen conceptos que podríamos denominar clásicos, seguros y demostrados ciertos (por miedo a que lo nuevo resulte ser erróneo y la edición del libro deba reimprimirse o quede obsoleta).
¿Cuál es vuestra opinión?
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