Normalmente estoy acostumbrado a mirar con desdén a Leni por participar en millones de Kickstarter de juegos con la palabra Dungeon en algún lado, miles de millones de euros que habrá puesto el tío en juegos sin gráficos (como diría el gran Coronel Petunio) de los que no sabrá nada hasta 3 años después (y que se quedarán en su biblioteca de Steam muertos de asco).Pero bueno, después de este ataque gratuito a mi compañero he de decir que hoy yo he pasado por el aro del Kickstarter, cosa que no he hecho nada má que una vez (Retromaniac Magazine) y nunca para un juego, ni siquiera con Inafume u otros ilustres de por medio.
La razón es simple, me lo pedía John Romero y, además, junto a el está Adrian Carmack, uno de los cuatro co-fundadores de ID (no confudir con el otro Carmack) y uno de los genios detrás de la soberbia ambientación que nos acompañaba en los títulos de la compañía.¿Es posible que el juego sea un auténtico fiasco a la altura de Daikastaña? Rotundamente SÍ ¿Es precisamente ese tufillo a serie B noventera uno de los principales motivos por el que adoro a Romero y todo lo que toca? TAMBIÉN.En cualquier caso yo me la he jugado con Blackroom, es lo que hay. Aquí podéis echar un ojo al proyecto y apoyarlo si queréis.
Y bueno, un poco ya fuera del tono de broma y para contextualizar la decisión decir que siempre me he sentido algo en deuda con Romero, ya que de joven eché cientos de horas a sus juegos sin pagar un duro, y cuando digo cientos son cientos, para mi Wolfenstein, Doom y Quake fueron juegos que marcaron mi infancia y que hacían echar humo a mi añejo pc por la disquetera.Con Jhon Carmack he tenido la oportunidad de resarcirme en muchas ocasiones, pero cuando he tenido dinero para pagar los juegos Romero ya no andaba en ID Software (ahora mismo ya ni Carmack está en la compañía), y lo cierto es que también me enfada un poco que mucha gente se le tome a cachondeo desde el hostiazo con Daikatana, un juego horrible que se vendió con un hype totalmente desmedurado, pero que no borra el hecho de que sea uno de los creadores más influyentes de un género que, décadas después, sigue dominando el panorama de los videojuegos.
Y recuerda...