Revista Infancia

Cuando saber si la fiebre infantil es grave

Por Marias

A pesar de que no es nada fuera de lo común que un niño sufra un episodio de fiebre, es normal que los padres quieran estar seguros de que esa subida de temperatura no se desarrollará de manera que suponga un riesgo para la salud del pequeño. Cuando notemos los síntomas de una posible aparición de fiebre es muy importante medir la temperatura del pequeño para saber hasta qué punto es alta: si supera los 38 ºC tiene fiebre normal y si supera los 39 ºC tiene fiebre alta.

Aun en el caso de que el niño supere los 39 ºC esto no tiene porqué suponer un motivo de alarma. Las personas que sufren fiebre suelen experimentar una subida de la temperatura corporal entre la tarde y la noche, que normalmente se reduce en las primeras horas de la madrugada. Además, hay que tener en cuenta otros factores además de la temperatura: la propia actitud del niño puede darnos pistas sobre su estado de salud. Que mantenga un buen nivel de apetito o que conserve las ganas de jugar pueden ser indicadores de que la situación no es grave.

¿En qué momento podría ser necesario llamar a un médico? Si consideras que el estado anímico y físico del pequeño es lo suficientemente alarmante como para consultar a un profesional, sin duda éste te podrá aconsejar el mejor tratamiento para su caso específico. En caso de tener dudas, existen otros indicadores que pueden ayudarte a tomar la decisión de consultar a un pediatra:

  • La temperatura corporal del pequeño supera los 42 ºC: teniendo en cuenta que la temperatura normal del cuerpo oscila entre los 35 y los 37 ºC, alcanzar esta fiebre es una señal inequívoca de que se debe consultar con el doctor.
  • La fiebre no remite a los tres días: por regla general, este es el tiempo que necesita el cuerpo para hacer que la fiebre baje.
  • El niño es menor de 5 meses: con niños tan pequeños es mejor prevenir consultando al pediatra lo más pronto posible y así evitar complicaciones.

A lo largo del tiempo en que el pequeño permanezca con fiebre, es necesario seguir una serie de recomendaciones para ayudar a la bajada de la temperatura: entre ellas, cuidar que el niño ingiera los líquidos necesarios para prevenir una deshidratación. Cuidar que el ambiente de la habitación no esté demasiado cargado, proporcionar medicamentos específicos para la fiebre infantil y dar baños tibios son las maneras óptimas para prevenir que la fiebre se agrave.


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