La dacriocistitis es la infección del saco lacrimal que se produce al obstruirse la vía lacrimal. Esta obstrucción es muy habitual en los bebés recién nacidos pero en la mayoría de los casos se resuelve de manera espontánea. Se estima que el conducto se debe formar completamente en las tres semanas posteriores al nacimiento.
En los recién nacidos se percibe la obstrucción del lacrimal por su lagrimeo constante y por las secreciones que se pueden ver en su saco conjuntival. Si se infecta se le aplica descongestionantes nasales, antibióticos y masajeo de la zona y si dura demasiado tiempo se practican sondajes con irrigación del conducto. Si la obstrucción del lacrimal no se ha solucionado cuando el bebé cumple nueve meses de vida debe plantearse un tratamiento quirúrgico para solucionarla.
En adultos se ha comprobado que esta obstrucción afecta sobretodo a mujeres. Sus causas van desde el envejecimiento a los accidentes, quemaduras, golpes y falta de higiene. Si es parcial se puede solucionar dilatando los puntos lacrimales y con sondaje. Se debe reservar la cirugía para los casos de obstrucción completa, en los que es la única solución.
La infección fruto de la obstrucción del lacrimal puede presentarse de forma aguda o crónica. Si es aguda aparece una tumefacción en el ángulo interno del ojo que puede extenderse por los alrededores. Su tratamiento combina antibióticos, antiinflamatorios, drenaje quirúrgico y una posterior solución de la obstrucción como proceso de base. En la forma crónica se requiere una pequeña intervención que comunica el saco lacrimal con la nariz para que se evacue por ahí la secreción lacrimal.