Cuando te encuentre dejaré el desayuno preparado, tus tostadas y mi zumo de naranja, pero te cederé los fines de semana para que me traigas el café a la cama.
Cuando te encuentre te escribiré cartas a mano y llenaré tu cuarto con mi presencia. Saltaré encima del colchón hasta que se rompan los muelles y reiré a carcajadas con tu cara de enfado.
Cuando te encuentre guardaré un ratito cada noche para desearte sueños bonitos y cerraré los ojos fuerte para imaginar que estás aquí conmigo.
Cuando te encuentre lloraré día sí día también, de alegría por tenerte y de rabia cuando no estés. Te llamaré a horas poco apropiadas y quemaré tu buzón de voz. Me enfadaré cuando vengas tarde pero celebraré contigo cada gol.
Cuando te encuentre pienso dibujar nuestro futuro y recorrerme el mundo entero a golpe de imaginación. Me calzaré los tacones y te reirás de mí por querer ser más alta que tú.
Pero cuando te encuentre seguiré siendo yo. Seguiré soñando con sitios en los que nunca he estado y seguiré esperando el atarceder. Seguiré viendo amanecer desde mi ventana y seguiré comiendo en la cama.
Cuando te encuentre seguiré pensando que el frío no es sano y que bienvenido sea el calor. Seguiré dejando los zapatos tirados y seguiré sonriendo con cada final feliz.
Seguiré durmiéndome tarde y levantándome pronto, seguiré cantando en la ducha y seguiré pidiéndote que me abraces. Seguiré buscándote en cada rincón.
Seguiré siendo yo cuando te encuentre. Porque tú seguirás siendo tú. Te he encontrado a ti y si dejas de ser tú ya no será a ti a quien haya encontrado.