Cuando tu afición es tu trabajo

Dicen que no hay nada mejor que tu afición sea por lo que te pagas, entonces dejas de tener un trabajo a tener un hobby remunerado. No todos podemos caer en este tipo de categoría porque no siempre lo que nos gusta es algo susceptible de ser monetizado en el mundo. En mi caso particular, mi afición personal, esa pequeña obsesión que me persigue desde que era un enano era entender las cosas. No hay nada que me ponga de peor humor, de un genio de perros es no entender algo, me supera y me subleva.

Esta es una de los motores de mi existencia, no solo conocer las cosas sino además intentar entenderlas, y os aseguro que me divierto como un niño pero en ocasiones me desespero. Hay ámbitos en los que es realmente fácil, marketing es sencillo de entender, la psicología es relativamente accesible a todo el mundo, pero otra cuestión es comprenderlo en su totalidad, con las finanzas y la gestión opté por hacer un MBA para quitarme la tontería de encima, sobre la física y las matemáticas cuanto más cerca estoy de creer que lo entiendo es justamente cuando me doy cuenta que no hago más que repetir como un loro porque en el fondo no he comprendido nada.

Si todo esto que os he dicho no es suficiente, otra maldición asociada es que es complicado monetizar mi afición, y la prueba de ello es que me he tirado dos años largos buscando trabajo y todos los headhunters con los que hablaba no sabían que hacer conmigo, soy listo, estoy preparado, estoy motivado, aprendo rápido, pero en el fondo les parecía un bicho raro, una persona que su pasión es comprehender el mundo no es algo a lo que estén habituados.

De esos polvos vinieron estos lodos y me tocó emprender, y además en un sector en el que reconozco que no tenía ni idea, y que si, puedo decir ahora que no solo se menos, sino que encima soy consciente de mi ignorancia. El mundo legal es fascinante, es complejo, ilógico al principio y enrevesado. En más de una ocasión los he comparado con los hackers porque tiene un poder extraordinario en sus manos, definir el SO de la sociedad y ser consciente de lo que se puede hacer y comprehender todo el entramado legal requiere de una mente muy preparada.

Pero en todo caso, me estoy empapando de derecho, del mismo modo que ya lo hice de tecnología, de operaciones, de marketing, de finanzas, y al final la máxima de Sócrates brillará con luz propia y yo seguiré persiguiendo mi hobby, ya sea con un sueldo o trabajando de lo que sea.