Revista Infancia

Cuando tus hijos se niegan a comer

Por Iseguranyes @famisite

La alimentación es uno de los aspectos que más preocupa a los padres, sobre todo cuando el niño/a no muestra gran interés por la comida, la rechaza o incluso se niega a comer la mayoría de alimentos.

Por ello hemos elaborado una lista de pautas con el objetivo de que la hora de la comida sea más agradable para todos, especialmente para los niños:

  • comer en familia
    Comed todos juntos en la mesa de los mayores.
    No siempre es posible, pero debemos procurar que al menos una de las comidas se haga en familia. Comer es un acto social y si nos ve comer con ganas, charlando relajadamente y compartiendo un tiempo agradable en familia seguro que le será más fácil integrar esa rutina familiar y hacer lo mismo que nosotros.
  • Evitad centrar vuestra atención en la comida: No es bueno insistir todo el rato en que coma, estar continuamente mirando si come o mantener una conversación en torno a la comida. En cambio, charlar de otras cosas con naturalidad favorecerá que todos estéis más tranquilos, que el niño se relaje y coma sin presión.

 

  • Estableced un horario de comidas más o menos fijo. El estómago se acostumbra a unos horarios. ¿A quién no le ha pasado que si su hora de comida se retrasa demasiado se le cierra el estómago, o que si come antes de lo habitual no tiene tanto apetito? A los niños les sucede lo mismo y además necesitan unas rutinas más claras que los mayores porque eso les da seguridad y tranquilidad, algo necesario para comer a gusto. Así que tratad de comer y cenar siempre a la misma hora, o en caso que no sea posible, informadle de que ese día será distinto, explicándole cómo lo haréis.

 

  • Utilizad un plato pequeño y no lo llenéis demasiado, ya que un plato muy grande o muy lleno genera una sensación de que, aunque come, su comida nunca se acaba. En cambio, al tener la sensación de que hay poco se lo acabará más fácilmente y todos nos sentiremos más a gusto, incluso si ha comido la misma cantidad que siempre. En caso de que quiera más, siempre puede repetir.

 

  • No os empeñéis a que coma un alimento en concreto si realmente no le gusta. Hay muchos más alimentos que pueden aportar los mismos nutrientes y que le gustaran más. Comer a disgusto es una experiencia desagradable y puede generalizarse a otros alimentos similares si alguna vez se ha tenido una mala experiencia.
    decoración comida niños
    Si el caso es más grave y hay muchos alimentos que rechaza, entonces lo mejor es probar con nuevas recetas que integren esos alimentos hasta dar con las que le gusten más, cocinarlos de modo distinto o ir introduciéndolos en poca cantidad para que se acostumbre al gusto sin que se le haga una montaña. Presentar el plato de forma divertida también puede ser de gran ayuda.

 

  • No lo retengáis ni le forcéis a comer: se lo tomará como una obligación, un castigo o una imposición y la comida no es eso. Todo lo contrario, es un momento de placer, voluntario y motivante. Si ese día no quiere comer, que vea las consecuencias que eso conlleva: más hambre después, dejar de disfrutar de ese tiempo en familia… La comida es un acto reforzante en si mismo y pronto lo acabará percibiendo así.

 

  • No alarguéis el tiempo de comida más de lo necesario. Unos 30 o 45 minutos son suficientes para comer. Si ese tiempo ha terminado, todos habéis acabado y él/ella aún está con el plato lleno, es momento de recoger la mesa sin enfados ni broncas. Si quiere seguir comiendo lo puede hacer sólo/a y si no quiere más no hay problema, en la siguiente comida ya tendrá más apetito. Se trata de adaptarse a las normas sociales.

 

  • niños cocinando
    Pedidle ayuda en la elaboración de algunos platos
    . En este caso deben ser tareas que no lleven peligro de quemarse ni de cortarse. Hacer una masa de pan, limpiar las frutas y verduras, rebozar la carne, decorar el plato… son tareas que puede hacer fácilmente. Lo más probable es que luego coma esos platos con mucha más ilusión y ganas.

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