En el ámbito laboral, un despido es una de las situaciones más difíciles que puede enfrentar un trabajador. Sin embargo, existen casos en los que un despido puede ser objetivo, es decir, que se justifica por motivos legales y no está relacionado con la capacidad o el comportamiento del empleado.
En este artículo veremos los diferentes motivos por los cuales un despido puede ser considerado objetivo y los derechos de los trabajadores en estos casos.
Despido objetivo, ¿qué es?
Un despido objetivo es una forma de terminación del contrato de trabajo por parte del empleador basada en motivos objetivos, como por ejemplo una reducción de la plantilla, una reorganización empresarial o una disminución en la demanda de los productos o servicios de la empresa. Esto quiere decir que no debería despedirse a alguien que se encuentre en incapacidad laboral.
Para que un despido sea considerado como objetivo, el empleador debe demostrar que existe una causa objetiva y justificada para la finalización del contrato de trabajo. Esta causa debe estar basada en motivos económicos, técnicos, organizativos o de producción y debe ser suficientemente grave para justificar la terminación del contrato.
Además, para llevar a cabo un despido objetivo, el empleador debe seguir un procedimiento específico que incluye la comunicación por escrito al trabajador afectado con antelación y la entrega de una indemnización que varía en función del tipo de contrato y de la antigüedad del trabajador.
Motivos por los que un despido puede ser objetivo
Como destacamos antes, un despido objetivo se da por causas no relacionadas con el trabajador, sino con la empresa en sí misma. Estas causas pueden ser de diferentes tipos, pero en general se refieren a motivos económicos, técnicos, organizativos o productivos.
Causas económicas: la empresa atraviesa una situación financiera complicada y no puede mantener los mismos niveles de empleo que antes.
Causas técnicas: se produce una reestructuración en la empresa y se decide prescindir de ciertos puestos de trabajo porque ya no son necesarios.
Causas organizativas: la empresa decide cambiar su estructura interna, eliminando áreas o departamentos completos, lo que implica la supresión de algunos puestos de trabajo.
Causas productivas: se produce una disminución de la demanda de los productos o servicios que ofrece la empresa, lo que implica una reducción en la producción y, en consecuencia, en la necesidad de personal.
Derechos de los trabajadores ante un despido objetivo
Si un trabajador es despedido de esta manera, tiene ciertos derechos a los que puede acceder. No obstante, como estos pueden variar según las circunstancias específicas de cada caso, se recomienda que los empleados busquen asesoramiento legal de abogados de despidos si han sido despedidos por causas objetivas.
Preaviso: antes de efectuar un despido objetivo, el empleador debe entregar un preaviso por escrito al empleado, notificándole que prescindirá de sus servicios y cuándo lo hará.
Derecho a la reubicación: algunas empresas tienen la capacidad de ofrecer a los trabajadores un puesto similar en otra área o en una filial, antes de proceder con el despido objetivo.
Indemnización: es el principal derecho al que accede un trabajador. La empresa está obligada a entregarle una indemnización según su antigüedad en la empresa y la legislación laboral vigente.