(Los acentos fueron obviados por cuestiones tecnicas)
Una forma sencilla y barata de graduar la vista puede encontrarse con la oposicion de los medicos. Foto: Un smartphone muestra una medida del error de refraccion de los ojos de una persona. Vitor Pamplona no es medico. Ni siquiera es oculista. No puede hacerte una receta para unas gafas, ni vendertelas. Aun asi, esta convencido de que va a darle la vuelta al mercado global del cuidado de la vista, que factura 75.000 millones de dolares anuales (unos 56.000 millones de euros). En EyeNetra, la start-up cofundada por el, los estantes estan llenos de curiosidades como ojos de plastico, y se oye funcionar una impresora 3D al fondo. Esta imprimiendo prototipos de un dispositivo que se acoplara a tu smartphone y, en un minuto o dos, te dira que clase de gafas necesitas. El dispositivo, llamado Netra-G, se basa en una ingeniosa combinacion de optica y software que se le ocurrio a Pamplona, una forma de medir los errores de refaccion del ojo usando una pantalla de smartphone y un par de binoculares baratos. Fabricarlo puede costar unos pocos dolares. Y hace la misma labor que un instrumento llamado autorefractometro que cuesta 5.000 dolares (unos 3.700 euros). Y lo que es mas importante, casi cualquiera puede usarlo. Ahi residen tanto la novedad como el problema. Ahora mismo solo los medicos u oftalmologos pueden recetar gafas o lentillas. Pamplona, un desenvuelto programador brasileño que llego a Estados Unidos hace unos años, cree que no siempre sera asi. "Estamos cambiando la medicina al dar al usuario el derecho a medirse a si mismo", afirma. "Para nosotros los medicos representan mas bien un entrenador". Los telefonos moviles estan dando lugar a una nueva clase de dispositivos de diagnostico acoplables que podrian desafiar al monopolio medico a la hora de diagnosticar muchas enfermedades, no solo los problemas de la vista. Puesto que los honorarios medicos suponen mas del 20 por ciento del gasto sanitario en Estados Unidos -y un 3 por ciento del PIB de pais- estos dispositivos tambien podrian servir para reducir costes. EyeNetra ha recibido mas de 2 millones de dolares (unos 1,5 millones de euros) en financiacion del inversor de Silicon Valley Vinod Khosla, quien el año pasado se enfrento a los medicos diciendo que lo que ellos hacen es "brujeria", y prediciendo que un 80 por ciento de su trabajo diagnosticando y recetando lo podrian hacer las maquinas. El fondo de inversion de Khosla tambien esta apoyando empresas similares, entre ellas AliveCor (ver "Tu latido en un iPhone"), que vende un monitor cardiaco que se acopla al iPhone, y Cellscope una empresa que esta desarrollando una camara de telefono para ayudar a los padres a diagnosticar las otitis de sus hijos (ver "Los padres podrian saltarse la consulta del medico gracias a un dispositivo"). Pamplona invento el Netra cuando estudiaba en un laboratorio del Instituto Tecnologico de Massachusetts (EE.U.) especializado en la fotografia computacional. Esa tecnologia usa ordenadores para empujar los limites de la fotografia tradicional, por ejemplo con camaras que ven detras de las esquinas o que pueden enfocar a todas las distancias al mismo tiempo (ver "TR10: Fotografia de campo de luz"). El prototipo que desarrollo para medir como de bien enfoca la luz el ojo, consiste en un visor que el usuario coloca contra la pantalla de un smartphone. Girando un dial, alineas lineas verdes y rojas. De la diferencia entre lo que tu ves y la situacion real de las lineas, una aplicacion calcula el error de enfoque de tus ojos. Es como un termometro para la vision. Usando el dispositivo, una persona podria conocer su graduacion y a continuacion, desde la misma aplicacion, encargar gafas de una tienda en linea como Warby Parker. El precio de un examen y una nueva graduacion pueden ir desde los 50 hasta los 150 dolares (de unos 37 a unos 112 euros). Los oculistas tambien ganan dinero de la venta de las gafas. Tras conocer a Pamplona en una conferencia el año pasado, Dominick Maino, un oculista de Chicago, escribio una columna en una revista de la industria explicando a sus compañeros de profesion que habia llegado el momento "de tener un poco... de miedo". Maino cree que Netra es capaz "de proporcionar una graduacion correcta la mayoria de las veces". Pero un oculista -hay 40.000 en Estados Unidos- examina tu salud ocular en general y puede lidiar con los casos complejos. "Quiere poner mucho mas poder en manos del individuo, algo que no esta mal", afirma Maino sobre Pamplona. "Pero no puedes eliminar al medico de la ecuacion. Conseguir unas gafas fantasticas implica mucho mas que la medida objetiva de la refraccion". Euan Thomson, socio de Khosla Ventures, afirma que, de todos los desafios a los que se enfrentan las empresas de salud movil, el mas dificil va a ser "ese acto de diagnostico del medico". En Estados Unidos, los medicos no cobran a menos que vean al paciente. "Todos los pagos se basan en consultas de los pacientes", afirma. "Sin embargo, gran parte de la salud movil gira en torno a evitar la necesidad de acudir al medico". Debido a estos obstaculos, la empresa de Khosla ha estado aconsejando a sus empresas que no vayan directos a por los consumidores en Estados Unidos, al menos no para empezar, sino a que trabajen estrechamente con los medicos. EyeNetra, cuya sede esta en las afueras de Boston (EE.EE.U), ha estado probando el dispositivo en India, donde puede que sea mas facil crear un mercado. En India, unos 133 millones de personas son ciegas o no pueden ver bien porque no tienen acceso a examenes oculares o gafas. Es mas, la oftalmologia no esta tan reglada como en estados Unidos. Sin embargo, Thomson afirma que todas las empresas de diagnostico movil de Khosla, entre ellas EyeNerta y AliveCor, acabaran teniendo que llegar directamente a los consumidores, porque les dara la posibilidad de hacer millones o miles de millones de electrocardiogramas o graduaciones. Eso podria abrir nuevas vias tanto para la medicina como para el marketing. "En el centro de toda esto esta la informacion, no el dispositivo", afirma Thompson. El debate girara en torno a quien puede interpretar dicha informacion. Fuente: MIT Technology Review