Aunque nos empeñemos en creer lo contrario, la gran mayoría de las cosas que nos ocurren en la vida NO SE PUEDEN PREDECIR. Si, por poner un ejemplo, nos embarcásemos en el estudio de una carrera, a ciencia cierta no podríamos saber de antemano si la terminaríamos, si cumpliría nuestras expectativas o si constituiría tan sólo el paso necesario para elegir otra más adelante.
LA VIDA EXIGE RIESGO, y para poder avanzar a través de ella es necesario que nos impliquemos en actividades, metas o proyectos aún a pesar de no saber exactamente hacia dónde nos llevarán. El problema viene cuando, en nuestro afán por querer controlar lo máximo posible aquello que nos acontece, nos esforzamos en planificar todo lo que hacemos, con vistas a centrarnos tan sólo en aquello que creemos favorable.
Hemos de saber que es tan grande la cantidad de factores que pueden influir sobre aquello que hacemos, que resulta una auténtica pérdida de tiempo el detenerse a TRATAR DE ESTUDIARLO TODO. Si nos fijamos en algunos ejemplos, nos damos cuenta de que quizá no tenga mucho sentido el hecho de dedicar días y días a elegir un destino de vacaciones, el colegio de los niños o nuestro nuevo coche. ¿Acaso es tan importante? ¿Es que sabemos lo que va a pasar? ¿No es sino ese miedo a que salga mal el que nos paraliza y el que nos llena de culpa cuando creemos habernos equivocado? ¿Hasta qué punto importa la casa, el coche, o los zapatos que nos hayamos comprado y no que sepamos disfrutar de estas cosas realmente?
Son preguntas que surgen y que quizá puedan ser vistas como un tanto filosóficas, pero lo cierto es que ni tú ni yo sabemos si lo que estudiaste esa tarde que creías perdida te servirá de algo o no, si aquel proyecto que elegiste hacer voluntariamente para tu carrera te ayudaría en tu futuro trabajo o si al tratar de buscar a la mujer o al hombre más atractiva/o para tu relación estarías dejando de lado a alguien realmente especial.
Por todo esto, y sin ánimo de crearos un caos mental, la única idea que me gustaría transmitir es que QUIZÁ NO MEREZCA LA PENA PENSAR TANTO. QUIZÁ HOY SEA UN BUEN DÍA PARA DEJAR DE LADO ESA INSEGURIDAD QUE NOS ATENAZA Y NOS IMPIDE SER LIBRES. QUIZÁ PODAMOS COMENZAR A HACER COSAS, A ASUMIR RIESGOS, SIN QUE POR ELLO EL CAPITÁN "DESGRACIA" O LA SEÑORA "CULPA" COMIENCEN A PLANEAR SOBRE NUESTRAS NUBLADAS MENTES.
¿Y SI EMPEZAMOS A VIVIR SIN CREER QUE TENEMOS EL PODER DE ADIVINAR LO QUE OCURRIRÁ?