Revista Comunicación

Cuando 'Weeds' se dio a la fuga

Publicado el 08 julio 2011 por Watanabe

ACuando 'Weeds' se dio a la fuga

Ahora que estamos recién comenzando la séptima temporada de la serie, aprovecho para sacarme de la manga este post que, por otro lado, y siendo sinceros, ya debería haber visto la luz hace mucho tiempo. Dejando a un lado su anterior temporada, la quinta (que ya comenté aquí), y de la cual me he obligado a creer que nunca existió, el nivel general de la serie siempre ha volado a gran altura, demostrándose una vez más que, Jenji Kohan (su creadora), siempre ha sido capaz de ir dándole a Weeds un nuevo y estimulante empujón argumental con cada nueva temporada que nos ha ido regalando. Esta sexta, sin ser la mejor, si nos ha dejado en el cuerpo esa extraña y excitante sensación de siempre, donde todo lo que pasa ante nuestros ojos, sin ser nunca coherente, es casi siempre posible dentro de sus propios límites. Y lo que es mejor, dándonos a entender que, cual tiburón en el mar, si se para o retrocede se acabará muriendo irremediablemente por falta de estimulación o empuje. Pero, sumerjámonos un poco más en esta sexta temporada, y ya que estamos en verano, chapoteemos unas cuantas palabras haber que sale…

Cuando 'Weeds' se dio a la fuga

"Shane es el personaje que más ha crecido
en todos los sentidos"

Como ya he dicho antes, la quinta temporada nunca existió, o mejor dicho nunca debió existir, pero si de algo sirvió, es para impulsar la historia (más bien catapultarla), con una última escena donde se dinamitaba la trama en mil pedazos a lo “tipical Weeds”. Tras ella, los personajes eran obligados a “coger las de villa Diego” saliendo por patas rumbo a cualquier lugar que los alejara de los terribles, pero siempre divertidos hechos que acababan de suceder. Así pues, esta sexta temporada se convertía de un plumazo en una extraña Road Movie algo psicotrópica, psicópata, y muy, pero que muy valiente por lo arriesgado de su propuesta, donde lo que realmente iba a importar no era el destino en sí (que ya intuimos desde el principio que iban a ser castillos en el aire), sino más bien la clase de acontecimientos que les iban a suceder a los personajes, y especialmente que extrañas y disparatadas consecuencias iban a tener para ellos.

Cuando 'Weeds' se dio a la fuga

"Hemos visto a una Nancy 
con más dudas y miedos"

Después de ver sus trece episodios de rigor, la conclusión final es que, esta sexta temporada, ha sido todo un acierto. Nos ha regalado por el camino todo un abanico de personajes secundarios delirantes y llenos de luz y oscuridad. Un par de escenas sexys y/o morbosas de las que ensucian la imaginación pero nunca la trama. Dos o tres frases por episodio que te dejan KO, o te hacen levantar de un bote del sofá con un “WTF” en la boca. Algún que otro resbalón sin importancia víctima de las prisas por seducir y convencer lo antes posible a la audiencia. Y especialmente algunas sorpresas inesperadas, o giros de la trama imposibles, de esas que, vistas en Weeds, siempre tengo la sensación de que pertenezcan más a un realismo mágico sin brotes de fantasía y de andar por casa, que a la comedia ácida y provocativa que siempre nos han querido hacer creer que es. De cualquier manera Weeds ha vuelto a lo grande, como queriéndonos convencer de que siempre es mejor arriesgar que guardar la ropa, y eso siempre es de agradecer de en el blanco o no. Su fallida anterior temporada lo demuestra con creces.

Cuando 'Weeds' se dio a la fuga

"Parece que, renovarse o morir,
sigue siendo el lema de la serie"

En cuanto a la evolución de los personajes no es que haya sido tremebunda (en esta serie posiblemente ni falta que hace), pero sí que hemos visto cositas aquí y allí que han hecho que algunos de ellos se vuelvan algo más interesantes. Especialmente Shane que, además de coquetear con la locura, y con ello incrementar su lado freak, nos ha dejado unas cuantas perlas por el camino, y de paso un montón de razones para pasarlo en grande con la serie. Nancy sigue siendo la peor madre del mundo (pero la más sexy), pero ahora parece que tenga algo más de mala conciencia por ello, dotándola de más matices. El tio Andy vuelve a ser mi personaje favorito de la serie (tras perder dicho honor en la anterior temporada que, reitero, nunca existió), siendo sus divertidas idas y venidas de pinza parte del gran amor que le proceso a la serie. Silas, aunque siga sin tener mucho protagonismo en la historia (realmente nunca lo tuvo) si parece buscarlo con empeño preguntándose en esta ocasión quien es y qué quiere realmente en la vida. Y una vez habiéndonos deshecho de la insoportable Celia Hodes, hasta Doug, que parece esté en medio de la acción como si con él no fuera la cosa, ahora se le ve un poco más contenido y con ello más controlable y soportable, volviendo a recuperar parte de la entrañabilidad pérdida.
Todos brillan (unos más que otros), y eso, unido a las diferentes y chispeantes historias que atraviesan en esta temporada, casi como si fueran paredes de papel (de fumar) de colores, hacen que la serie vuelva a ser una de las Dramedias más sugerentes y recomendables de la parrilla americana actual.
¿Y ahora qué?. Pues ahora la séptima temporada. ¿Será la última? Por mi si sigue sorprendiéndome como hasta ahora, que continúe la fiesta (como diría Buzz Lightyear) “Hasta el infinito y más allá”. Eso sí, si la terminan que sea por todo lo alto.


Volver a la Portada de Logo Paperblog