Revista Educación

Cuándo y cómo dejar a los niños elegir su ropa

Por Noelia-Golosi @ElBlogDeGolosi
Cuándo y cómo dejar a los niños elegir su ropa

¿Sabéis ese momento en que miras el reloj, quedan pocos minutos para tener que salir, le das a tu hija la ropa que ha de ponerse y se arma la de San Quintín porque no quiere vestirse así? Venga, seguro que os hacéis una idea. Yo sé mucho de esto desde hace unos meses; uno o dos años quizá.

Para ser justa, diré que hasta cumplidos los 6 años Marcela no ha puesto problemas con las ropa; yo le sacaba lo que quería que se pusiera y ella se vestía, normalmente sin protestar. ¡Ay amigos! Pero ella crece y su carácter con ella, que va formando su personalidad. Y lo que tú crees que debe ponerse por apropiado, por darle uso, por ir mona o por no ir hecha una mona, ella dice que ni de broma, que no le gusta, o que le gusta pero que quiere ponerse eso otro que le gusta aún más y hace tiempo que no se lo pone; tanto tiempo como el fin de semana anterior. Y una que juega a ser firme a la vez que flexible y tolerante, pues unas veces cede y otras se ancla en el no.

Me ha salido una hija argumentadora, y eso, señores, está muy bien, pero toca mucho las narices la conciencia. La primera vez que me salió con lo de que ella debe poder elegir sobre sus cosas, que no se le tiene que obligar a hacer lo que no quiere y que tenemos que respetarlo porque " mamá, ¿a ti te gustaría que te obligaran a ponerte algo que no te gusta solo porque otra persona quiere que te lo pongas? ", la boca me llegaba al suelo. Reconozco que me desmontó, y no solo porque no me esperara ese discurso, sino por la parte de razón que traía. Y ante eso, la mejor forma de salir con decencia es negociar.

Desconozco a qué edad se suele dejar a los niños elegir su ropa, o si hay una edad recomendada para ello; no es algo que me hubiese planteado hasta verme en la situación que os he contado. Seguramente lo ideal es hacerlo de forma gradual, primero dejándoles escoger entre dos modelitos completos, para luego ir progresando hasta dejar que sean ellos los que elijan todo sin consultarte siquiera. Marcela cumplirá 8 años el mes que viene - el 29 de febrero, que este año es bisiesto - y el punto en el que nos encontramos respecto a la ropa es que ella me enseña lo que quiere ponerse y yo se lo apruebo, para júbilo de ella, o pongo el grito en el cielo porque no tiene por dónde cogerse. ¡Qué no! Que intento ser comprensiva y razonar, ¡de verdad!

Intento que entienda que hay aspectos básicos que debe respetar, como la climatología, o vestir acorde al lugar donde vayamos, que no es plan de ir con vestidito al monte, o en chándal a una fiesta (aunque esto último no lo haría). También intento que no repita en bucle la ropa que usa, porque hay prendas que no se pone y no es plan de que se quede pequeña la ropa sin haberla usado, con lo que cuesta, aunque reconozco que en esto aún no tengo demasiado éxito. Hay ocasiones en que pruebo suerte y le digo que se ponga esto o lo otro; unas veces acepta sin más y, otras, la mayoría, no. Pero, salvo contadas excepciones, ya no le obligo a ponerse lo que yo quiero sin tenerla en cuenta. Por supuesto hay aspectos innegociables y momentos en los que un no es un no, pero dentro de una lógica, intentado orientarle y teniendo en cuenta que entre semana va con uniforme, intento cederle cada vez más autonomía a la hora de escoger su ropa los días que no hay cole.

No quiero que mi hija ceda ante todo, no quiero que sea conformista por miedo al enfrentamiento, no quiero anular su personalidad; quiero que sea una persona segura de sí misma, con identidad, capaz de tomar sus propias decisiones. Al fin y al cabo, quiero que desarrolle la autoestima. Y dejarle elegir su ropa es una de tantas formas de fomentarlo.

Harta como digo de guardar o dar ropa completamente nueva, sin usar porque no le gusta, el otro día le pregunté si quería que nos fuéramos las dos de compras, solas, manos a mano, madre e hija. Y vaya si aceptó, y no por la ropa precisamente. Así que nos fuimos de compras; nuestra primera vez. Y, salvo una falda de gasa con volantes y estampado leopardo que me pareció espantosa, le compré lo que le gustó, porque eligió ella y no fue mucha cosa. Todo sea por mi salud mental - aminorando las discusiones - y por la economía familiar - comprando lo que de verdad va a usarse -.

Respecto a Bruno, pues no es lo mismo, no. Bruno con 4 años ya quiere elegir su ropa, porque ve que su hermana lo hace y lejos de conformarse y comprender que él es pequeño, se enfada y se encabezona aún más si se lo decimos. Veremos la guerra que me queda. De momento, cuando hay suerte se contenta eligiendo el calzoncillo, sino pues le ofrezco elegir entre un par de camisetas, o le "dirijo" hacia una determinada prenda.

Y ahora ¿qué tal si me contáis vuestra experiencia? ¿Eligen vuestros hijos su ropa? ¿Cómo lo hacéis?


Volver a la Portada de Logo Paperblog