Aunque no nos estemos dando cuenta, vivimos en muy buena medida de la energía solar. El sol calienta nuestras cubiertas y nuestras fachadas, por consiguiente nuestros espacios interiores. Lo interesante de todo esto es que podemos ver la manera de explotarlo. Empresas como la de Eduardo Más trabajan con paneles térmicos y fotovoltaicos.
En algún artículo anterior debatíamos si es ética la fabricación de un sistema de ahorro de energía y reducción de emisiones de CO2, con sistemas que en su proceso de fabricación utilizan silicio y otros compuestos y materiales.
EFE | La fabricación de placas solares resulta cada vez menos contaminante; tanto que, para 2018, la industria de placas fotovoltaicas para el aprovechamiento de la energía solar habrá evitado más contaminación y emisiones de gases de efecto invernadero de las que ha generado durante 40 años de producción y desarrollo, según se desprende de un estudio de la revista ‘Nature’.
Hasta el momento hubo gran discusión sobre si era el momento de producir placas solares (sobre todo las fotovoltaicas), puesto que se contaminaba mucho en su fabricación. Así se venía predicando ya, en un artículo de investigación publicado en marzo de 2008, Ariana Eunjung Cha demostró cómo contaminan los paneles solares. En ella describió una instalación china productora de polisilicio de propiedad de Luoyang Zhonggui High-Technology Co., ubicada cerca al río Amarillo en la provincia de Henan.
Esta instalación suministraba polisilicio a Suntech Power Holdings, para aquel entonces el fabricante de celdas solares más grande del mundo, así como a otras compañías fotovoltaicas de alto perfil.
La periodista encontró que la compañía estaba desechando los residuos de tetracloruro de silicio en campos vecinos en lugar de invertir en equipos que pudieran reprocesarlos, lo que dejaba estos campos inservibles para el cultivo e inflamaba los ojos y las gargantas de los residentes vecinos.
Ahora que se contamina menos en su producción es el momento de recuperar el tiempo perdido y todas las emisiones causadas a contracorriente de la tendencia del medio, que debe de buscar la huella de carbono negativa.
energía solar térmicaEnergía solar térmica
Se trata de un sistema que de origen no busca ningún material contaminante, más que el propio material de los materiales cque lo componen, las tuberías y los vidrios. Este sistema, por consiguiente, puede ser el más limpio de los sistemas que aprovechan la energía solar, en la que podemos obtener agua caliente para uso sanitario o calefacción.
energía solar fotovoltaicaEnergía solar fotovoltaica
Unas placas fotovoltaicas instaladas en la cubierta de un edificio en Sevilla, Madrid o Barcelona tardarán entre 21 meses y poco más de dos años en generar tanta energía como la que se ha necesitado en su producción. Resulta bastante tiempo, pero es mucho menos de los 25-30 años que el fabricante garantiza que esos paneles seguirán produciendo electricidad de forma limpia a partir de la simple luz del Sol.
Estas son estimaciones de la industria fotovoltaica, que asegura que el mito que circula por Internet de que estas instalaciones no compensan todo lo que se contaminan durante su fabricación viene de las primeras placas fotovoltaicas de los años 50, cuando realmente se gastaba más energía en producirlas que la que luego se sacaba con ellas. Sin embargo, esta tecnología ha avanzado mucho desde entonces.
“En cualquier puñado de arena tienes sílice, pero para conseguir la mayor pureza posible de silicio es mejor utilizar directamente cuarzo”, explica Antonio Navarro, director adjunto a la presidencia de Siliken. El silicio metalúrgico que se emplea para aleaciones de aluminio o siliconas tiene una pureza del 98-99%, pero para las aplicaciones solares (el silicio de grado solar) se requiere una ultrapureza del 99% .
La fábrica de Casas Ibáñez realizó sus últimos ajustes para, a partir de silicio metalúrgico como el de Ferroatlántica, producir silicio con una pureza aún mayor del 99,9% , la necesaria para poder venderlo también a la industria electrónica para productos informáticos. Por su parte, la propia Ferroatlántica espera fabricar también un silicio para placas solares con un sistema metalúrgico más barato, aunque con algún nueve menos. No hay duda de que existe un gran interés por llegar a producir silicio de esta pureza en España, y no es por los microchips, sino por las placas fotovoltaicas.
El resultado son unos paneles capaces de generar electricidad sin generar ningún tipo de emisión o residuo, a partir de los rayos del Sol. Pueden haber sido fabricados aquí en España o en países como China (en 2008 fue mucho mayor la importación y en 2009 la exportación). Como precisa el informe “Compared assessment of selected environmental indicators of photovoltaic electricity in OECD cities” (PDF), promovido por varias organizaciones fotovoltaicas internacionales, el cuánto tarden en compensar la energía (y emisiones de CO2) necesaria para su fabricación dependerá de dónde se coloquen.