En la actualidad, aunque parece que el » Boom » se ha moderado, hay mucha tontería alrededor del mundo de la cocina, la cocina profesional y las estrellas michelín.
Defendemos la cocina tradicional, el producto local, el sabor, la buena presentación en los platos actualizada al siglo XXI, detrás del oficio de cocinero, hay una vida de mucho sacrificio, de trabajar cuando la gente se divierte, una verdadera vocación, no hay navidades, ni semana santa, ni vacaciones de verano, los cocineros suelen ser personas comprometidas con su oficio, que sacrifican muchas cosas, familia, amigos, etc, por no hablar de otros problemas y como dijo un famoso chef, alrededor de la cocina profesional hay un mundo de adicciones para mantener el ritmo exigente de los servicios y los stándares.
Nos inundan los medios con programas estúpidos que se alejan de la realidad de la cocina profesional, presentados por chefs que lucen muy frescos y elegantes, dudo que sufran las inclemencias diarias y exigencias de una cocina, vendiendo un mundo falso, los niños van a la escuela de cocina creyéndose estrellas del rock, queriendo jugar con química, sin saber hacer cocina de base, tradicional, unas lentejas o unos garbanzos.
Hace poco leíamos en los medios los famosos piso «patera» donde los chefs estrella metían a sus estudiantes, sobre esto hay muchas opiniones, por supuesto que trabajar en estos restaurantes dan caché al curriculum y » sarna con gusto no pica «, pero esto está lejos de lo que conocemos con dignificar el sector, porque en las plantillas de estas cocinas, solo el 20 % de los cocineros están en nómina, y luego dicen que no son rentables…
Tenemos algún caso de intoxicaciones, incluso muertes en restaurantes estrellados, esos de las minis raciones en platos inmensos y con sabores sin sentido, donde la química y el sudor de los chefs inunda los platos, porque una tortilla de patatas es una tortilla de patatas, no una decostrucción que no entiende nadie.
La riqueza de la sociedad es elegir dentro de las opciones que nos ofrecen, de una variedad, pero que no nos vendan tanta tontería.