El dormir es una función individual y al igual que los adultos, hay bebés dormilones que necesitan dormir más y otros sin embargo, que parecen no necesitar dormir. Los recién nacidos duermen la mayor parte del día sin distinción del día o la noche. A medida que van pasando los meses, la duración de los ciclos nocturnos va aumentando en detrimento de las horas que pasan durmiendo durante el día. Las siestas diurnas pasan incluso a ser de poco menos de media hora.