Por Mauricio Rodríguez
Ryan Fitzpatrick es un personaje muy peculiar en la NFL. El quarterback egresado de la universidad de Harvard ha tenido una carrera larga en la liga como pasador, siendo parte de siete equipos distintos. En casi todos, el QB de 35 años ha tenido momentos para brillar, ya sea como titular o sustituto. Pero probablemente nunca había sorprendido tanto como lo ha hecho en sus primeras dos actuaciones de 2018.
En sólo dos partidos, el llamado Ryan “Fitzmagic” ha acumulado 819 yardas por pase y ocho touchdowns. Ah, y como todos lo esperábamos, una anotación por tierra. Los Tampa Bay Buccaneers tienen un récord de 2-0, en gran parte gracias a las hazañas de Fitzpatrick. Pero la gran pregunta aquí es :¿Cuánto durará la sensación?
Si bien Fitzpatrick está jugando a nivel MVP en este momento, ha tenido problemas para mantener un nivel de juego constante en su carrera. Es bastante difícil imaginar que se pasará toda la temporada sumando la misma clase de números. Sin embargo, no es tan descabellado imaginar que se quede con el trabajo en Tampa Bay, por lo menos por este año, jugando a un nivel bastante decente.
Retrocedamos un poco. Fitzpatrick está en el campo debido a que Jameis Winston, la primera selección del Draft NFL 2015, fue suspendido por los primeros tres partidos de la temporada. Entre ahora y el regreso de Winston, sólo queda un enfrentamiento entre los Buccaneers y los Pittsburgh Steelers.
Sin duda alguna, cuando Winston sea elegible para volver al campo de juego, habrá una discusión en Tampa Bay. Es por esta razón por la cuál nos hemos cuestionado tantas veces si lo que ha logrado Fitzmagic hasta el momento es suficiente para arrebatarle la titularidad a Winston. Pero es ahí donde creo que nos equivocamos.
La pregunta no debería ser si Fitzpatrick ha hecho lo suficiente como suplente, sino la siguiente: ¿Ha comprobado Jameis Winston que puede hacer un mejor trabajo que Fitz con esta ofensiva?
Es innegable que, a pesar de no ser un completo bust, Winston ha dejado mucho que desear en sus primeros tres años como QB de los Bucs. La ofensiva de Tampa Bay no ha cambiado mucho en comparación con la de 2017, unidad de la cual todos teníamos altas expectativas.
En la posición de wide receiver, Mike Evans es, con facilidad, uno de los mejores en toda la NFL. Quizá no lo veamos al nivel de Antonio Brown ni de Odell Beckham pero tampoco se queda muy lejos. Acompañado por Desean Jackson, quien por fin está teniendo buenos números con su nuevo QB, esta ofensiva no se ve nada mal. Tener a Adam Humphries como tercer receptor tampoco hace daño. Este grupo de WR ya estaba aquí en 2017, pero con Winston nunca arrancaron como se pretendía.
O.J. Howard, el tight end producto de la Universidad de Alabama, tuvo una temporada de novato bastante decepcionante en comparación con lo que se esperaba de él, con muchos analistas etiquetándolo como el TE colegial más preparado para la NFL en muchos años. En 14 partidos acumuló 450 yardas y 6 anotaciones como novato. Después de sólo dos semanas en el 2018, ha conseguido 150 yardas y 1 TD.
La línea ofensiva, a pesar de no haber cambiado mucho en comparación con la del año pasado (la diferencia principal sería el regreso de Ali Marpet a guardia) ha hecho un buen trabajo tanto en el juego aéreo como en el terrestre.
En este momento, no se trata de que Fitzpatrick cargue a los Bucs todo el año. Sin embargo, rodeado de armas de calidad como en este momento, no me sorprendería que veamos la mejor temporada en la carrera este quarterback.
La ofensiva de Tampa Bay está llena de talento. Siendo honestos, lo estaba desde el año pasado, pero nunca lograron carburar. Y hasta cierto punto, tenemos que preguntarnos si la razón era Jameis Winston. Es muy difícil cambiar a un QB que está teniendo tanto éxito y que tiene a sus compañeros tan contentos como Fitzpatrick lo ha logrado. Su relación con los jugadores es notablemente buena.
En cambio, Winston está suspendido. Y no es por una adicción o enfermedad, sino por inmadurez, un problema que ha tenido desde que jugaba para los Seminoles de Florida State. Odio apegarme a las exageraciones que tiende a haber en la NFL, pero realmente creo que este equipo se está convirtiendo en el equipo de Ryan Fitzpatrick, al menos por esta temporada.
Por ahora, los Buccaneers tendrán que pasar otra prueba, esta vez contra unos Steelers que están desesperados por una victoria. Será un juego difícil para ambos equipos. Uno en el que el QB de Tampa Bay no estará jugando sólo por una victoria, sino posiblemente por mantener el puesto titular.