Cuanto fariseo junto

Aquel que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Esta probablemente sea una de las más famosas citas bíblicas y desde luego una de las más utilizadas. Viene del Evangelio de San Juan y corresponde a un texto en el que una mujer iba a ser apedreada a manos de los fariseos por adulterio y esa frase es pronunciada por Jesús. ¿Quién puede juzgar a una persona de esa forma por uno de esos pecados? ¿Quién está libre de pecado para ser el brazo ejecutor de un castigo semejante? Pues parece que en tiempos de Jesús no tantos como en estos tiempos, en estos tiempos debe haber mucha más gente libre de pecado que antes, aunque parezca mentira.

Ayer escribía un texto sobre la última de Sonia Monroy, si aquella de aparecer en la alfombra roja de los Oscar con un traje-bandera de España. Y no es que me haya convertido yo de un tiempo a esta parte en firme defensor de esta chica, nunca lo he sido, siempre me ha dado igual, pero lo de ayer es para llegar a muchas conclusiones. Si alguien se ha parado a leer todo lo que se le dice a esta chica en su cuenta de Twitter se quedará alucinado. La gente le insulta, le llama de todo, los insultos son de todo tipo, pero sobre todo la tratan de tonta y de puta, de ahí para arriba. Ella, con todo lo que se dice que es ella, no ha contestado a nadie, se ha mantenido en silencio. Con su acción buscaba algo, que era llamar la atención, y lo ha conseguido, en realidad su jugada ha sido muy inteligente porque ha conseguido exactamente lo que quería.

Pero hoy no me voy a centrar en Sonia Monroy, me voy a centrar en esos millones de censores y de fariseos que insultan tan alegremente, me pregunto que se habrán creído. Pero, ¿que os habéis creído todos aquellos que habéis ido sin más a insultar a esta chica? ¿Tenéis alguna lección que darle? Si hay alguna lección que tuviera que recibir yo no he visto ninguna y, desde luego, ya es mayorcita para tener la libertad de hacer lo que a ella le de la gana. Pero exactamente, ¿que se ha creído toda esta gente?

La verdad es que vivimos en unos tiempos muy extraños, creemos vivir en libertad, creemos vivir sin censuras y sin ataduras por parte de quien nos manda, pero no es así. Tenemos a los censores y a los dignos a la vuelta de la esquina, es el camarero que nos sirve un café, o el taxista, o el kioskero, o quizás todo el mundo, porque todo el mundo se ha convertido en censor. Todo el mundo juzga a los demás de una forma increíble, y más cuanto menos tienen de qué presumir. La gente se ve tan digna que cuando alguien hace algo se toma la molestia de buscar, en este caso, su cuenta de Twitter para insultar a la protagonista por lo que ha hecho. Pero alguien que hace eso, ¿quién se piensa que es? ¿Don Digno? ¿Por qué tienes que insultar a alguien que no conoces de nada de esa forma?

Lo curioso es que después todos esos van de modernos por la vida, y sobre todo de dignos. Habrá que ver lo que esconden todos esos debajo de su fina capa de dignidad, si, esa capa que sólo se ponen cuando les ve la gente y que desaparece cuando están solos. Esta chica no ha insultado a nadie, no ha ido a vuestra casa a atacaros ni se ha metido con vosotros. Ha hecho algo que estará bien o estará mal pero no perjudica ni beneficia a nadie más que a ella misma. Y por lo menos no se ha metido a juzgaros a ninguno de vosotros, ni mucho menos a insultaros. Fariseo, dime de qué presumes y te diré de que careces.