[...] «El fenómeno es curioso: cuanto menos publico, más me premian. Me acaba de pasar con “Groenlandia cruje”. También me pasó con Mineritos, el reportaje sobre los niños mineros bolivianos, hace un año. Los diarios tradicionales, en algunos de los cuales yo había publicado con frecuencia, no quisieron sacarlo. Alguno llegó a decirme que era un tema demasiado duro. Otros decidieron que no iban a pagar más reportajes de periodistas autónomos. Soy consciente de que pasan por una época de presupuestos ajustados y están en su perfecto derecho de apostar por unas cosas o por otras. No entiendo algunas decisiones pero es su negocio, no el mío, así que nada de quejas.
Lo que veo cada vez más claro es que al periodista autónomo se le van abriendo nuevas vías, aún verdes, insuficientes pero muy interesantes, al margen de los medios tradicionales, de los diarios de siempre. El caso de “Mineritos” me sirve de ejemplo: después de dos meses de portazos, mareos y disgustos, lo publiqué en algunos medios pequeños, pobres pero honrados, que pagaron los cuatro euros que podían pagar y me dejaron publicarlo en otros medios que no les hacían competencia (uno en euskera, otro en castellano). Una vez publicado, empecé a divulgarlo en internet. En mi blog y en medios digitales.
No vi un euro, claro, pero la historia de los niños mineros bolivianos es tan potente que poco a poco se formó una bola de nieve de blogs, tuiteos, feisbuqueos, medios digitales. Consiguió una divulgación notable. Hubo momentos en que el número de lectores de mi blog se multiplicó por 25. ¿De verdad el tema no interesa?»...
[+] La buena prensa
Revista Comunicación
Miguel Ángel Jimeno abre su blog a Ander Izaguirre, que escribe claro: