¿Perdonar? Suena tan sencillo mientras lo pronuncio.
¿Perdonar? Tan difícil de hacer, pero no tanto como olvidar.
Perdonar cada una de tus fallas, perdonar cada una de las palabras utilizadas para lastimar mi corazón que lo único que ha hecho es darte amor, un amor tan limpio como una frágil copa de cristal e inocente como una pequeña mariposa.
¿Por qué debo perdonar? Excelente pregunta, pero aún mejor es ¿Por qué debo yo pedirte perdón? Porque me exiges que soporte cada látigo de tu lengua venenosa, cada mirada desdeñosa o cada hiriente comparación, no soporto esta cuerda que tiras y aflojas, esta cuerda que cada vez enrollas aún más en mi frágil cuello dejándome sin aire, si vida.
Tu amor es como esa cuerda de fuego o una telaraña, no me deja libertad y lacera mi piel con el contacto ardiente de un amor que manipula y aplasta, yo soy la pequeña mariposa que voló hacia ti sin saber a cuál peligro se aproximaba y tú eres una araña, esperando en silencio a su próxima presa para envolver en su red y alimentarse de ella hasta que solo quede su esqueleto.
¿Cuánto amor puedes absorber?, ¿cuánto más? Solo quiero escapar de ti y de tu red, miro a mi alrededor y veo que no estoy sola en esta red veo cuerpos vacíos junto a mí, muchas otras mariposas llegaron a ti sin saber que era el camino de una bestia, atraídos por una mirada sensual y ahora ya no queda más, sé que debo correr, pero no puedo, no sé cómo hacerlo, estoy sujeta por la cuerda de fuego que me ahoga y no me deja escapar.
¿Cuánto se puede perdonar?
Por amor quizás se pueda perdonar hasta el infinito, pero ¿a quién debo amar? Por amor tal vez no se deba perdonar, si me amo debo desenredar mis alas y volar lejos de ti, de tu red, de tu fuego y de tu mirada, de tu falso calor y tu falso amor que lastima como una llamarada de fuego tan intenso que no puedo soportar.
¿Cuánto se puede perdonar?
Por amor puedo perdonar todo, ya lo he entendido, por amor me debo perdonar, perdonar que mi fragilidad fuera usada para atar mis alas, perdonar mi falta de seguridad y perdonar el no poder ver que para salir de tu red solo necesitaba comenzar a volar.
