Lo has pensado; solemos decir a muchas personas que las amamos, porque últimamente se nos ha adjudicado el valor familiar. Esto no es malo, pero no deja de ser incompleto. Cada vez que veo una serie de televisión o un anime (de los cuales soy fanática) observo una constante interesante: el amor hacia los demás. ¡Esta bien!, no es afanoso decir que hay que amarnos los unos a los otros; es más, es un mandato divino. Pero, donde quedó el amor propio.
Por ello, es normal observa millones de experiencias en unísono de una entrega casi dolorosa o auto-destructiva al amor en pareja, familia o amigos. Pero ¿cuándo has sido así con tu amor propio? Nos han llenado de prejuicios, connotando las muestras de amor propio como narcisismo, egocentrismo e inclusive egoísmo. Todo ello, por tomar una ruta de acción auto-satisfactoria. ¿Quién no ha vivido esta experiencia? Quizás, un día cualquiera, decidiste mandar al descanso las obligaciones y pusiste todo tu entusiasmo para darte placer (no necesariamente carnal, pero quizás ese también); en ese punto, donde despejas tu mente y dedicas toda tu existencia a sentirte bien, cruza indescifrable una ráfaga de culpa, un miedo al sentirte bien en soledad, en poder amarte a tus anchas, siendo que descubres pensamientos auto flagelantes, al punto de decir cosas como “estaré siendo egoísta” o “no debería perder el tiempo”.
Ahí, en ese momento de amor propio, desvaneces el placer por el miedo a ser juzgado. Al final, el malo de nuestra infancia era catalogado de egoísta, mientras el bueno siempre ayudaba a los demás siendo feliz. Ello, nos creo un sesgo subconsciente de aborrecimiento al amor propio. Entonces, llegan esas constantes visiones de que amar a los demás es estar ahí para ellos cuanto te necesiten y nos mienten diciendo tienes que dejar tiempo para ti. Pero, si pasas 5 horas de un día viendo televisión solo en la cama, te critican por no valorar tu tiempo y hacer cosas que, en opinión contraria a nuestro estado de ánimo, nos harán sentir bien.
A todo ello, para no caer en demasiadas bifurcaciones, hay que ver el egoísmo puntual, el narcisismo controlado y el egocentrismo inconstante como verdaderas representaciones del amor propio. Que la cena la haga otro y que la ropa sucia se arrume un día más, que el jefe no note que ves videos y que tus amigos/familia piensen que estas enferm@. Es mejor amarse, darse unas horas o un día si es necesario, mandar lejos las obligaciones y recordar la importancia del amor propio.
P.D: Toda abuela ama ver a sus nietos por un par de horas ;).